Tokio, 5 jun (EFE).- La Bolsa de Tokio cayó hoy arrastrada por las pérdidas en Europa y Estados Unidos, donde se hizo notar la volatilidad del mercado de bonos y la cautela ante la inminente publicación de los datos de empleo de la primera economía mundial.
El índice Nikkei de la Bolsa de Tokio cerró hoy con una bajada de 27,29 puntos, un 0,13 por ciento, y se situó en 20.460,90 unidades, mientras que el segundo indicador, el Topix, que agrupa a los valores de la primera sección, retrocedió 6,83 puntos, un 0,41 por ciento, hasta las 1.667,06 unidades.
A pesar de que el anuncio del presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, de que el banco central continuará con su programa de flexibilización consiguió suavizar los temores de los inversores, la preocupación por las negociaciones de la deuda griega los llevó a abandonar la idea de correr riesgos.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) anunció el jueves que el país mediterráneo retrasará cuatro pagos programados para agruparlos en un solo, con fecha del 30 de junio.
La espera ante la publicación de los datos de empleo de Estados Unidos no hizo sino enfriar el ánimo de los inversores, ya que una mejora significativa en los datos podrían llevar a la Reserva Federal estadounidense a subir los tipos de interés antes de lo previsto, lo que, según los analistas locales, afectaría a la confianza de Tokio.
Los sectores de los seguros, otros productos financieros y los bancos lideraron las pérdidas.
La aseguradora nipona Dai-ichi Life (TOKYO:8750) cayó un 2,5 por ciento, mientras que el grupo financiero Mitsubishi UFJ (TOKYO:8306) retrocedió un 1,9 por ciento.
Los precios del crudo cayeron antes de la celebración hoy en Viena de una reunión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), lo que llevó a X Holdings y Cosmo Oil (TOKYO:5007) a perder un 1,8 por ciento y un 1,4 por ciento, respectivamente.
En la primera sección, 954 valores retrocedieron frente a los 773 que avanzaron, al tiempo que 140 cerraron en tablas.
El volumen de negocio ascendió a 2.454 billones de yenes (17.455 millones de euros), por debajo de los 2,691 billones de yenes (19.129 millones de euros) de la víspera.