Bruselas, 14 dic (.).- Las instituciones europeas cerraron un acuerdo este jueves que actualizará las normas comunitarias sobre la responsabilidad por productos defectuosos a las nuevas tecnologías, teniendo en cuenta en particular los productos digitales y la economía circular.
Los negociadores del Consejo (países) y el Parlamento Europeo acordaron una nueva directiva para poner al día el actual reglamento de responsabilidad civil, que data de hace décadas.
El comisario Thierry Breton afirmó en un comunicado que el acuerdo "es otro hito en nuestros esfuerzos por organizar el espacio digital".
"Tras el histórico acuerdo de la semana pasada sobre la Ley de Inteligencia Artificial (IA) de la UE, hoy tenemos un acuerdo sobre normas de responsabilidad armonizadas para el uso de IA y software. Esto dará a los desarrolladores seguridad jurídica en todo el mercado único y permitirá a los ciudadanos y a las empresas utilizar estas nuevas tecnologías de forma segura y confiada", indicó el comisario.
Bruselas se mostró satisfecha del acuerdo provisional alcanzado hoy por el Parlamento Europeo y el Consejo y señaló que garantizará "una mejor protección de los consumidores y una mayor seguridad jurídica para los operadores económicos".
La Directiva sobre responsabilidad del producto garantiza que si una persona sufre daños causados por un producto, puede reclamar una compensación al fabricante o a otra persona que introdujo el producto en el mercado único.
Esta actualización de las normas las adapta a productos digitales, como software y sistemas de inteligencia artificial.
La directiva sobre responsabilidad amplía la definición de "producto" a los archivos y al software de fabricación digital.
No obstante, el software gratuito y de código abierto que se desarrolla o suministra fuera del curso de una actividad comercial quedará excluido del ámbito de aplicación de la directiva, precisó el Consejo en un comunicado.
Las plataformas en internet también pueden ser consideradas responsables de un producto defectuoso si presentan el producto o permiten la transacción para la venta de tal manera que el consumidor medio podría creer que es la propia plataforma o un comerciante bajo su autoridad o control el que proporciona el producto.
En una economía circular, los productos están diseñados para ser más duraderos, reutilizables, reparables y actualizables.
Cuando un producto se modifica sustancialmente, fuera del control del fabricante original, y se comercializa o se pone nuevamente en servicio, la nueva directiva estipula que la empresa o persona que realizó la modificación sustancial debe ser considerada responsable como fabricante del producto modificado.
El Consejo y el Parlamento también acordaron que cualquier persona física que sufra daños por un producto defectuoso tiene derecho a una indemnización, que cubrirá las pérdidas materiales resultantes del daño, así como las pérdidas morales, en la medida en que sean indemnizables con arreglo a la legislación nacional.
Debido a la creciente complejidad técnica de muchos productos, los Estados miembros deberán garantizar que una persona perjudicada que reclame una indemnización ante un tribunal nacional pueda solicitar acceso a las pruebas pertinentes a disposición del fabricante para poder probar su reclamación.
Otro punto previsto son los productos de fabricantes ubicados fuera de la UE, ya que hoy el nivel de protección que reciben debe seguir siendo el mismo cuando esos productos resultan defectuosos.
El acuerdo establece que cuando un fabricante de un producto o componente esté establecido en un tercer país, podrá ser considerado responsable el importador del producto o componente defectuoso, el representante autorizado del fabricante o, como último recurso, el proveedor de servicios de cumplimiento (una empresa que normalmente se encarga del almacenamiento, embalaje y envío de un producto).