Laura Barros
Nueva York, 16 jul (.).- La bolsa de Nueva York cerró hoy en terreno mixto, al no lograr definirse entre el impulso del sector financiero por los buenos resultados de Bank of America (NYSE:BAC) y la caída de las acciones energéticas a raíz del desplome del petróleo.
Con un arranque de semana dominado por las cifras empresariales, Wall Street no logró sostener el avance del pasado viernes y se mantuvo vacilante desde el principio de las transacciones.
Así mientras el Dow Jones de Industriales subió un 0,18 %, el selectivo S&P 500 retrocedió un 0,10 % y el índice compuesto del mercado Nasdaq también restó un 0,26 %.
Los sólidos resultados de Bank of America, que ganó 13.702 millones de dólares en el primer semestre de 2018, un 31 % más interanual, impulsaron sus acciones un 4,31 %, su mejor registro desde el pasado 26 de marzo, según recordó la cadena CNBC, pero no fueron suficientes para animar a un mercado ralentizado.
Durante la sesión, la mayoría de sectores retrocedieron, pero fue el energético uno de los más impactados, con un retroceso del -1,33 %, vinculado a un nuevo descenso de los precios del petróleo.
La posibilidad de que la oferta de petróleo se mantenga estable en los meses venideros devolvió cierta tranquilidad al mercado, que respondió con bajonazos en la cotización del WTI y el Brent.
El petróleo intermedio de Texas (WTI), de referencia en Estados Unidos, bajó un 4,2 % hasta los 68,06 dólares el barril, al tiempo que el Brent o crudo del mar del Norte, seguido por los mercados en Europa, cedió un 4,63 % para terminar en 71,84 dólares.
En lo interno, el Departamento de Comercio reveló que las ventas minoristas crecieron en Estados Unidos un 0,5 % en junio, después de una potente subida en mayo, lo que coincidió con lo anticipado por los analistas.
Mientras en el plano internacional la primera cumbre entre el presidente estadounidense, Donald Trump, y su homólogo ruso, Vladímir Putin, acaparó el interés, aunque al final no tuvo un efecto significativo en el mercado, dado el tinte político y menos económico que le imprimieron ambos líderes.
Trump y Putin elogiaron su primera cumbre, celebrada en Helsinki, como "útil" y que ha "cambiado" las relaciones entre sus dos países.
También fue una oportunidad para que el líder ruso declarara que "la época del antagonismo ideológico entre dos países ya es cosa del pasado".
Analistas, según medios especializados, aguardaban que los gobernantes abordaran temas como los precios del petróleo o la tensión comercial de Estados Unidos con sus socios, lo cual no sucedió.