Mateo Sancho Cardiel
Nueva York, 11 jun (EFE).- Wall Street volvió a mostrar su vocación optimista, quizá por necesidad, y decidió aferrarse a un dato mejor de lo esperado sobre las ventas minoristas, filtró con cautela las reuniones entre Grecia, Alemania y Francia y, con todo ello, mantuvo el tipo tras las grandes subidas de ayer.
Aunque era el día perfecto para desinflarse, los índices siguieron luchando contra la adversidad y tomaron como principal faro las ventas minoristas, que crecieron un 1,2 % en mayo y sorprendieron a los analistas.
Estos datos positivos convivieron en la jornada con un dato mediocre sobre el mercado laboral, pero la decisión alcista estaba ya tomada.
Las subidas, aunque muy moderadas, hicieron al Dow Jones (0,22 %), al S&P 500 (0,18 %) y al Nasdaq (0,11 %) quedarse en cifras que mantenían sus barreras psicológicas, pero no dejaron de reflejar que, pese a los aumentos cosechados ayer, todavía están lejos de coquetear con los récords.
Y es por eso, al fin y al cabo, que sintieron que no podían permitirse una recaída, por lo que quisieron dar un voto de confianza a la crisis griega.
Es decir, que tras las campanas al vuelo por la reunión anunciada por la canciller alemana Angela Merkel con sus homólogos griego y francés, optaron por no desilusionarse al ver que, de momento, las discusiones no han llegado a buen puerto.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) aseguró que todavía persisten "grandes diferencias" por lo que consideró que está "bastante lejos" el acuerdo de los acreedores con Atenas.
Pero en Wall Street quisieron quedarse con la letra pequeña: pactaron continuar los trabajos en los próximos días.
Mañana llegarán datos de empleo que pueden servir también para acabar la semana con más números verdes.
De momento, el terreno lo ha ido allanando Twitter (NYSE:TWTR), que anunció tras el cierre de los mercados la decisión de su consejero delegado, Dick Costolo, de renunciar a su cargo partir del 1 de julio, y vio cómo sus cotizaciones se disparaban más de un 7 %.