Lara Malvesí
Nueva York, 20 jul (.).- Wall Street siguió hoy imparable, exprimiendo su papel de plaza segura en una coyuntura global llena de incertidumbres.
Quién le iba a decir al parqué neoyorquino, que empezó el año pidiendo perdón por existir y con el yugo del miedo a una nueva subida de tipos de la Reserva Federal, que en pleno verano iba a vivir siete jornadas consecutivas de récord para el Dow Jones de Industriales, su principal indicador.
También el selectivo S&P 500 volvió hoy a batir su propio récord reciente, del pasado lunes, en una jornada de ganancias impulsadas fundamentalmente por el sector tecnológico.
Y tampoco le fue mal en un día bueno para las tecnológicas al índice Nasdaq, que cerca estuvo de batir su récord (conseguido precisamente hoy hace un año).
Tras los datos mejor de lo esperados conocidos el martes tras el cierre para Microsoft (NASDAQ:MSFT), hoy las acciones del gigante tecnológico encabezaban las subidas en la tabla y conseguían aumentar por encima del 5 %.
Si hasta hace un mes la Fed y los precios del petróleo marcaban el paso de un Wall Street carente de referencias, la nueva coyuntura económica global exacerbada por el "Brexit" ha situado a los operadores neoyorquinos en un inesperado oasis de confianza.
Los inversores saben bien que con estos mimbres financieros y políticos más allá de EE.UU. la subida de tipos queda descartada.
Alejado el fantasma más temido por unos inversores que vivieron una década de dinero fácil, Wall Street parece haberse relajado y desarrollado la capacidad de creer en si mismo.
Para prueba la buena respuesta de los mercados a la última tanda de resultados empresariales y entre los que destacaron los balances de las principales entidades financieras del país, JP Morgan (NYSE:JPM) y Bank of America (NYSE:BAC).
Por cierto, que la elección formal de Donald Trump como candidato republicano a la Casa Blanca no tuvo respuesta clara en el parqué. ¿Será que Wall Street no teme al lobo feroz?.