Lara Malvesí
Nueva York, 8 ene (EFE).- Los analistas del parqué neoyorquino recuerdan pocas entradas de año tan decadentes como la de esta primera semana en Wall Street. La semana empezó a la baja y terminó sin mejoras. El fin de semana pocas veces había sido tan esperado.
Veinticuatro horas para tomar distancia de una inercia a la pérdida motivada por el terrible inicio bursátil del año en China y la peor pesadilla de los mercados en EE.UU., la bajada del precio del petróleo.
En estos primeros cinco días de sesiones en Nueva York, los principales índices acabaron esta semana con pérdidas acumuladas cercanas al 6 % o más.
Todo ello en medio de gran volatilidad. Elocuentes fueron así los últimos quince minutos de sesiones de la semana. El Dow Jones de Industriales, el principal indicador de Wall Street, cayó más de 150 puntos.
Una semana de malos resultados e incertidumbres que también sufrieron el selectivo S&P 500 y el compuesto Nasdaq.
Un nerviosismo cuyas causas hay que buscar en el desplome bursátil asiático y el goteo de descensos del precio del petróleo.
La semana empezó con China suspendiendo antes del cierre las cotizaciones, lo nunca visto. Y una pesadilla para el resto de bolsas mundiales, que se ponen a temblar solo de pensar que al gigante asiático se le empeore el estado de la economía.
Pero más allá de China, los analistas y operadores no pueden sacarse de la cabeza el tacón de Aquiles en el que parece haberse convertido en los últimos tiempos el crudo para la economía estadounidense.
Los precios del petróleo tuvieron hoy un nuevo descenso, que en el caso del crudo de Texas representó llegar al nivel que había en febrero de 2004, sin que se anticipe un próximo repunte.
En el parqué de Nueva York el año ha empezado con poco ánimo. Casi algunos echan de menos esos meses de 2015 en que la máxima incertidumbre la generaba las decisión sobre las tasas de interés por parte del banco central estadounidense.
Pocos imaginaban que la subida de tasas sería el menor de los problemas en un año electoral en EE.UU. que difícilmente podrá escapar de la volatilidad provocada por factores tanto internos como externos.