Londres, 13 oct (EFE).- El Consejo Mundial de Energía (CME)
exhortó hoy a los países a aumentar la producción de energía nuclear
al considerar esta medida como una de las "cuatro patas" sobre las
que debe sostenerse la lucha contra el cambio climático.
La inversión en tecnología, la adopción de medidas de eficiencia
energética y la captura y el almacenamiento de CO2 son los otros
tres puntos claves para el CME, que representa a la industria
energética con presencia en cerca de un centenar de países.
En la primera jornada de la cumbre "El camino hasta Copenhague.
Energía y soluciones financieras para un mundo post-2012", celebrada
hoy en Londres, se puso de manifiesto la necesidad de que el acuerdo
que salga de la reunión sobre el cambio climático que tendrá lugar
en la capital danesa en diciembre sea "ambicioso".
"No podemos reemplazar el suficiente volumen de energía con
renovables ni tampoco reducir la demanda de forma sustancial a
través sólo de un cambio social. Por eso hay que incrementar la
producción de energía nuclear a la vez que capturamos el CO2 que
generan los combustibles fósiles que todavía utilizamos", subrayó a
EFE el vicepresidente del CME, el mexicano Francisco Barnés.
La postura defendida por el Consejo contrasta con la que mantiene
el Gobierno español, que no se plantea la construcción de nuevas
plantas -como sí están haciendo países de su entorno como el Reino
Unido- y que prefiere invertir en renovables.
Barnés felicitó a España en lo que respecta a su política en
materia de energía "verde", y aseguró que es "uno de los países más
decididos en el desarrollo de las renovables".
El vicepresidente del CME afirmó que la política de incentivos y
subvenciones lanzada por el Ejecutivo español para aumentar la
producción de este tipo de energía será rentable "a largo plazo".
"Los incentivos -explicó- son imprescindibles para romper
barreras, aunque tienen que desaparecer a medio plazo, cuando ya se
ha generado un mercado".
Sobre los efectos de la crisis económica en la lucha contra el
cambio climático, el presidente del CME, el francés Pierre
Gadonneix, recordó en su discurso de apertura la paradoja que supone
que los países destinaran menos recursos a esta cuestión pese a que
en el último año se haya convertido en una prioridad para todos.
El sociólogo Anthony Giddens -ideólogo de la llamada "Tercera
vía"- recalcó durante su ponencia la necesidad de que se produzca un
"cambio en el estilo de vida" occidental para combatir el cambio
climático, un requisito que también fue apuntado hoy por otros
expertos reunidos en Londres.
"La economía global no es sostenible tal y como la conocemos",
insistió Giddens.
Otro de los expertos reunidos hoy en Londres, David King, que fue
el principal asesor científico del Gobierno británico de 2000 a
2007, puso el acento en incluir en Copenhague "a los países menos
desarrollados, ya que de no hacerlo el problema global no estaría
resuelto".
"En Kioto (Protocolo de Kioto (1997) para reducir los gases
contaminantes) no fuimos suficientemente ambiciosos. No cometamos el
mismo error ahora", abundó, por su parte, el secretario ejecutivo de
la Convención de Naciones Unidas sobre el Clima (UNFCCC, en sus
siglas inglesas), Yvo de Boer.
De Boer recordó que no se puede pedir a países en vías de
desarrollo como China, Brasil o México que limiten sus emisiones sin
que los países más ricos aporten fondos para mitigar los efectos de
estos cambios en su economía.
Sobre la posibilidad de que China y EEUU -entre los dos son los
responsables del 45 por ciento de las emisiones totales de dióxido
de carbono- suscriban un acuerdo en Copenhague, el vicepresidente
del CME, Francisco Bandrés, se mostró cauto.
"Ahora -razonó Bandrés-, el Gobierno de EEUU es mucho más
responsable sobre este tema, pero hay que recordar que los acuerdos
internacionales -como el que se espera alcanzar en Copenhague- han
de ser aprobados por las Cámaras, y eso ya es harina de otro costal.
El Gobierno chino también es ahora más sensible al problema
medioambiental". EFE