Washington, 26 jul (EFE).- La cuenta atrás para la suspensión de pagos de EE.UU. prosigue su curso sin que ninguno de los dos bandos haga concesiones, y la Casa Blanca amenazó hoy con vetar un plan republicano a una semana de la fecha límite del 2 de agosto.
Poco después de que el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano, John Boehner, anunciara su intención de someter a voto su plan para elevar el tope de deuda en dos fases, la Oficina de Gestión y Presupuestos de la Casa Blanca (OMB, por su sigla en inglés) emitió un comunicado en el que advertía de un veto presidencial.
Anoche, el presidente Barack Obama reconoció en un discurso a la nación que las negociaciones estaban "bloqueadas" y advirtió de una "profunda" crisis económica si no hay acuerdo entre republicanos y demócratas para aumentar el límite de la deuda, actualmente en 14,29 billones de dólares.
Boehner replicó que en ningún caso entregaría un "cheque en blanco" a Obama, quien insiste en un plan de largo plazo que disipe la incertidumbre económica sobre EE.UU., ante la amenaza de la primera suspensión de pagos del país en su historia reciente.
El líder republicano criticó a su vez el plan demócrata lanzado por el Senado, de mayoría demócrata y respaldado por Obama, de reducción de 3 billones de dólares en una década y que elevaría el techo de la deuda hasta el 2013, como una propuesta "efectista".
Obama apeló a los estadounidenses a que presionaran a sus congresistas para apoyar un "acuerdo equilibrado y responsable" sobre la reducción del déficit y que permita la elevación de la deuda.
Esta mañana la centralita telefónica y las páginas web del Capitolio de EE.UU. amanecían al borde de su capacidad debido a la avalancha de consultas por parte de ciudadanos, según fuentes del Congreso.
La atención de la opinión pública estadounidense ha ido aumentando en las últimas semanas tras observar cómo los congresistas se muestran incapaces de pactar un acuerdo bipartidista, algo que se había logrado previamente en casi una veintena de ocasiones.
Según la última encuesta del Centro de Investigación Pew, un 68 por ciento de los estadounidenses dice ahora que los legisladores deberían pactar un acuerdo, frente al 55 por ciento de finales de abril.
Pese a que los mercados, de momento, están reaccionando con calma ante posibilidad de que EE.UU. se declare en mora, los primeros signos de inquietud han comenzado a verse, como en el debilitamiento del dólar y la tendencia bajista de Wall Street en los últimos días.
Por su parte, la nueva directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, urgió hoy a los políticos de EEUU a que alcancen un acuerdo para "evitar serios contagios al resto del mundo".
"En el techo de deuda, el reloj está sonando, y es claramente un tema que debe ser resuelto inmediatamente", afirmó Lagarde en un acto en Nueva York.
Una revisión de la calificación de la deuda de EE.UU. o una moratoria sería, a su juicio, "un acontecimiento muy, muy grave, no sólo para EE.UU. sino para el conjunto de la economía mundial".
El secretario del Tesoro, Timothy Geithner, ha reiterado en varias ocasiones la imposibilidad de una prórroga tras asegurar que, si el Congreso no permite la elevación del tope de deuda, el Gobierno federal se quedará el 2 de agosto sin fondos para hacer frente a sus obligaciones.
Diversas agencias de calificación de crédito, como Moody's y Standard & Poor, han anunciado ya que sin un acuerdo revisarían a la baja la calificación de la deuda de EE.UU., lo que previsiblemente provocaría una subida de las tasas de interés y más presión sobre la frágil recuperación económica. EFE
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