Por Michael Holden y Estelle Shirbon
LONDRES (Reuters) - El hospital de Londres donde está internado el bebé Charlie Gard dijo el martes a un tribunal que el principal obstáculo para que el pequeño sea llevado a morir en casa es que requiere sofisticados aparatos de respiración que sólo pueden ser proporcionados en un centro de salud.
El bebé de 11 meses sufre una rara condición genética que le causa debilidad muscular progresiva y daños cerebrales. Sus padres habían intentado enviarlo a Estados Unidos para someterlo a una terapia experimental.
Los tribunales de Reino Unido, respaldados por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, habían rechazado conceder el permiso, diciendo que prolongaría el sufrimiento sin un pronóstico realista de ayudar al niño de 11 meses.
La agria disputa entre los padres de Charlie y el hospital concitó atención internacional y hasta provocó comentarios de parte del presidente estadounidense Donald Trump y el Papa Francisco, entre otros.
Los padres de Charlie, Connie Yates y Chris Gard, abandonaron la batalla legal para someter a su hijo a más tratamientos, pero Yates regresó al tribunal el martes para otra audiencia desgarradora sobre el plan de cuidados para sus últimos días de vida.
"El plan de cuidados de Charlie debe ser seguro, debe evitarle cualquier dolor y proteger su dignidad. Al mismo tiempo, debe honrar el deseo de sus padres sobre dos asuntos en particular, el momento y el lugar de su muerte", escribieron los abogados del hospital en un documento presentado en la corte.
El texto sostiene que el sistema de ventilación que necesita Charlie sólo podía ser proporcionado por un hospital. Entre otros problemas prácticos, señaló, el respirador artificial no cabría por la puerta de la casa de la familia del pequeño.
"Charlie es un niño que requiere tratamiento altamente especializado. Su cuidado no puede ser simplificado. Debe ser ofrecido en instalaciones específicas por especialistas", señaló el documento.