Por Dasha Afanasieva y Melih Aslan
DIDIM, Turquía (Reuters) - Los guardacostas de Turquía interceptaron el miércoles a decenas de inmigrantes, en su mayoría sirios, en calas a lo largo de la costa del mar Egeo, mientras continúan intentando cruzar a Grecia a través de peligrosas rutas marítimas, a pesar de los esfuerzos de Ankara por detener el flujo de inmigrantes como parte del acuerdo alcanzado con la UE.
Un grupo de 42 personas, entre ellos alrededor de diez niños, se sentó en el interior de las instalaciones de la guardia costera, algunos envueltos en mantas, en la zona turística costera de Didim después de haber sido detenidos. Un mayor número aguardaba en las rocas de la playa, vigilados por policía armada, mientras esperaban la llegada de un autobús para recogerles.
"Tenemos miedo de estar aquí y también miedo de permanecer en Siria... Estamos huyendo hacia un país que nos acoja. Queremos seguridad, alguien que cuide de nosotros", dijo Sameha Abdulah, miembro del grupo situado cerca de la costa, mientras que los niños lloraban a su alrededor.
Para Abdulah, conseguir asilo parece complicado a pesar de que huye de una guerra civil en Siria. "Estamos poniéndonos a nosotros mismos en las situaciones más peligrosas para poder marcharnos", añadió.
Cerca de la costa, un barco de la guardia costera se acercó a lo que parecía ser un pequeño bote que transportaba más inmigrantes. Algunos responsables temen que se produzcan enfrentamientos a la hora de cruzar a las islas griegas cercanas, a pesar del aumento de las patrullas marinas, ya respaldadas por la OTAN en el mar Egeo antes de que el principio de acuerdo con la UE entrara en vigor.
Según el proyecto de acuerdo alcanzado el lunes, Turquía aceptó frenar el paso a los inmigrantes irregulares a cambio de mayor financiación, una introducción más temprana de la exención del visado para los turcos que entren a Europa y una aceleración de las estancadas negociaciones de adhesión de Ankara a la UE.
El objetivo, según dijeron el primer ministro turco Ahmet Davutoglu y los líderes de la UE, es disuadir a los inmigrantes ilegales y romper con el modelo de negocio de los traficantes de personas que han sido el combustible de la crisis migratoria más grande de Europa desde la Segunda Guerra Mundial. El mensaje, dicen, es simple: si tratan de cruzar ilegalmente, serán enviados de vuelta.