Por Mirwais Harooni
Afganistán firmó el miércoles un borrador de acuerdo con el grupo militante Hezb-e-Islami, iniciativa que el Gobierno espera pueda conducir a un pacto de paz completo con uno de los más notorios señores de la guerra del país.
El líder de Hezb-e-Islami, Gulbuddin Hekmatyar, es un veterano de guerra afgano durante décadas y los grupos de derechos humanos acusan a su facción de abusos, sobre todo durante la guerra civil a principios de los años 90, cuando fue primer ministro. Estados Unidos también relaciona al grupo con al Qaeda y los talibanes, e incluyó a Hekmatyar en su listas de terroristas.
El grupo jugó sólo un papel menor en la insurgencia de los talibanes de los últimos años y es poco probable que el acuerdo tenga un impacto práctico inmediato en la seguridad.
No obstante, ante las escasas señales de que los talibanes están dispuestos a unirse a las conversaciones de paz, el acuerdo ofrece al Gobierno del presidente Ashraf Ghani una prueba concreta de que está logrando avances en su afán de alejar a los grupos insurgentes del campo de batalla e implicarlos en el proceso político.
Bajo los términos del borrador, se ofrecerá una amnistía a los miembros de Hezb-e-Islami, así como la liberación de prisioneros retenidos por las autoridades afganas. El grupo no se uniría al Gobierno, pero sería reconocido como partido político y participaría en las discusiones de importantes decisiones políticas.
Mohammad Khan, vicepresidente del Gobierno de Abdullah Abdullah, dijo que el borrador del acuerdo es un paso positivo, aunque se necesita más trabajo para lograr un pacto final.
"Somos optimistas sobre este acuerdo y lo apoyamos con fuerza", dijo a los periodistas en Kabul, aunque agregó que "esto no significa que esté finalizado".
El anuncio se produjo mientras funcionarios pakistaníes, estadounidenses, chinos y afganos realizan otra ronda de reuniones en Pakistán para preparar el terreno de unas conversaciones de paz con los talibanes, que se negaron a participar en el encuentro.