Por Kay Johnson
KABUL (Reuters) - Las batallas entre los talibanes y las fuerzas gubernamentales fueron las responsables de la mayoría de las muertes civiles afganas en 2014, superando por primera vez las bombas en la carretera, informó Naciones Unidas el miércoles.
Un total de 3.699 civiles afganos murieron y 6.849 resultaron heridos en guerra durante el año pasado, al intensificarse los combates y reducirse fuertemente el número de tropas de EEUU y sus aliados, que terminaron formalmente su papel de combate en diciembre tras 13 años.
El aumento del 22 por ciento en las muertes y heridos civiles -la cantidad más alta desde que en 2009 Naciones Unidas inició los registros- se produjo a pesar de la valoración de los generales estadounidenses de que las recientemente entrenadas fuerzas armadas y policía afganas estaban ganando la guerra.
"Los morteros, los dispositivos explosivos improvisados, los tiroteos y otros explosivos destruyeron vidas humanas, robaron extremidades y arruinaron vidas a niveles sin precedentes", dijo Nicholas Haysom, el representante de Naciones Unidas en Afganistán.
Los combates de tierra mataron a 1.092 civiles y representaron un 34 por ciento de las muertes y heridas de civiles, en comparación con el 28 por ciento producidas por bombas en la carreteras, conocidos como dispositivos explosivos improvisados (IEDs, por sus siglas en inglés).
Las muertes producidas por los talibanes y sus aliados supusieron un 11 por ciento del total, y los ataques suicidas de insurgentes, un 15 por ciento. Los explosivos dejados en campos de batalla causaron un 4 por ciento de las bajas y el resto fueron clasificadas como "otros".
Las Naciones Unidas registraron 511 muertes de civiles solo en diciembre después de que los talibanes, quienes fueron expulsados del poder por la coalición liderada por Estados Unidos en 2001, lanzasen varias olas de ataques para hacerlas coincidir con el final oficial de la misión de combate encabezada por la OTAN.
El informe atribuyó un 72 por ciento de todas las muertes de civiles y heridas producidas el año pasado a los talibanes y sus aliados, que buscan restablecer un regimen radical islámico.
Las fuerzas gubernamentales fueron responsables del 14 por cuento de las bajas, los ataques aéreos representaron el 2 por ciento y el informe no pudo determinar las causas del 10 por ciento de los casos. Desde que las Naciones Unidas comenzó a contabilizar las bajas civiles en 2009, se han registrado 17.774 muertes civiles y 19.971 heridos.
El ejército y la policía afgana también sufrieron récord de pérdidas el año pasado, alrededor de 5.000 muertes.
Desde 2001, aproximadamente 3.500 soldados extranjeros de 29 países diferentes han muerto en Afganistán, incluyendo 2.200 estadounidenses. No hay disponibles un número fiable de las bajas de insurgentes.