Por Noah Browning
DUBAI (Reuters) - Arabia Saudí, Egipto, Emiratos Árabes Unidos y Baréin rompieron sus lazos con Catar el lunes, acusándolo de apoyar el terrorismo, en una ruptura sin precedentes entre los miembros más poderosos del Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo.
El movimiento coordinado agrava dramáticamente una disputa sobre el apoyo de Catar a la Hermandad Musulmana, el movimiento islámico más antiguo del mundo, y añade acusaciones de que Doha aún respalda la agenda del archienemigo regional Irán.
Los tres estados del Golfo anunciaron el cierre de las relaciones de transporte con Catar y dieron a los visitantes y residentes de Catar dos semanas para abandonar sus países. Catar también fue expulsado de una coalición liderada por Arabia Saudí que lucha en Yemen.
Se trata de unas medidas más severas que durante la ruptura anterior de ocho meses en 2014, cuando Arabia Saudí, Baréin y Emiratos Árabes Unidos retiraron a sus embajadores de Doha. En ese momento, los enlaces de viajes se mantuvieron y los cataríes no fueron expulsados.
La división entre Doha y sus aliados más cercanos puede tener repercusiones en Oriente Próximo, donde los estados del Golfo han utilizado su poder financiero y político para influir en los acontecimientos en Libia, Egipto, Siria, Irak y Yemen.
Catar organizará la Copa del Mundo de fútbol en 2022.