Por Blanca Rodríguez y Carlos Ruano
MADRID (Reuters) - No hubo sorpresas. El líder del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Pedro Sánchez, volvió a fracasar el viernes en su segundo intento de convertirse en presidente del gobierno español, devolviendo a la cámara a la situación en la que quedó tras las divididas elecciones del pasado 20 de diciembre.
Durante la segunda sesión de investidura, en la que habría sido suficiente una mayoría simple, se repitió prácticamente el resultado del primer intento celebrado el miércoles y Sánchez solo recibió el apoyo de 131 diputados, 90 de su propio grupo, 40 de Ciudadanos - la formación liberal con la que firmó un acuerdo para tratar de sacar adelante la investidura - y 1 de Coalición Canaria.
De nada sirvió el llamamiento final que hizo Sánchez a los diputados de Podemos y sus confluencias al final de su intervención: "Con un solo voto podemos cambiar de la noche a la mañana el futuro de España".
Como el miércoles, los 219 diputados restantes votaron en bloque "no" a la propuesta de Sánchez, tras un debate más calmado y reducido que incluyó bromas y pequeñas anécdotas.
La seriedad y solemnidad del líder socialista chocó con la ironía y socarronería que exhibió el presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, que rechazó de plano la propuesta de Sánchez y le pidió que dejara gobernar a la fuerza más votada para evitar ir de nuevo a las urnas.
Sánchez, que fue a saludar a su socio en el intento de coalición, el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, nada más terminar el debate, culpó al líder de Podemos - su principal rival en unas hipotéticas nuevas elecciones- de ser responsable de la falta de gobierno.
"El señor (Pablo) Iglesias ha traicionado a sus votantes", dijo.
EMPLAZADOS A ENTENDERSE
Todos los grupos, incluyendo el propio Partido Socialista- "voy a seguir trabajando para lograr esa mayoría que propicie el cambio", dijo Sánchez -, se emplazaron para volver a intentar negociar acuerdos a partir del próximo lunes para tratar de evitar una repetición de elecciones que puede dejar al país operando en funciones al menos hasta julio.
El líder de Podemos, Pablo Iglesias, subió a la tribuna con un tono radicalmente distinto al del pasado miércoles, bromeando incluso: "Fluye el amor y la pasión en la política. Pedro, sólo quedamos tú y yo", dijo tras recordar su beso con el compañero de grupo Xavier Domènech.
"Ya en serio", Iglesias reiteró su ofrecimiento a sacar adelante un Gobierno de coalición de izquierdas con la abstención de los independentistas catalanes. "No son monstruos, son representantes de la soberanía popular igual que usted y yo", declaró.
Salvo que en un plazo de dos meses se consiga un acuerdo de investidura, las cámaras se disolverán, para celebrar elecciones previsiblemente el 26 de junio.
Los sondeos proyectan por el momento que los resultados podrían ser tan poco concluyentes como los de diciembre, lo que podría alargar durante meses cualquier posibilidad de gobierno, con similares dificultades a las actuales.
El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, que volvió a pedir durante el debate la abstención del Partido Popular, situó a los conservadores en el mismo saco que a Podemos. "Los extremos de la Cámara van a votar lo mismo. PP y Podemos no saben construir", dijo alejándose aún más del partido de Rajoy, al que asoció con el conformismo y la pereza.
LAS ESTRATEGIAS
Con la vista puesta en la nueva ronda de negociaciones, básicamente solo se perfilan dos posibles escenarios para evitar nuevos comicios.
El PP, que pese a ganar las elecciones no quiso someterse a la investidura ante la falta de apoyos a sus 123 escaños, insiste en la posibilidad de una gran coalición con PSOE y Ciudadanos, aunque la falta de entendimiento entre sus líderes hace muy difícil un acuerdo a día de hoy.
El PSOE, segunda fuerza en escaños, podría escorarse a la izquierda, restablecer la confianza e intentar aceptar el ofrecimiento de Podemos y sus confluencias territoriales, tercera fuerza en votos con 69 escaños, y otras fuerzas de izquierda para conseguir la investidura.
Pero este acercamiento, que alejaría probablemente a Ciudadanos y sus 40 diputados, encontraría obstáculos al chocar frontalmente con las pretensiones de algunos de los miembros destacados del PSOE, que no quieren alinearse con las tesis de izquierda de Podemos ni con su intención de trabajar para permitir un referéndum de independencia en Cataluña.
De hecho, el portavoz de los independentistas catalanes de Democracia y Libertad, Francesc Homs, así lo expresó durante su intervención en la tribuna: "Hoy España tendría un Gobierno si no fuera por la agenda catalana".