MADRID (Reuters) - El presidente catalán en funciones, Artur Mas, podría ver frustrada su reelección pese a su victoria el domingo en las elecciones autonómicas, ya que necesitará a la CUP para gobernar y esta formación izquierdista ha dicho que no votará a favor de su continuidad al frente del Ejecutivo regional.
Con una participación electoral histórica, la lista soberanista Junts Pel Sí (JPS) en la que se presentaba Mas logró el 39,7% de los votos y 62 escaños, seis menos de los necesarios para tener mayoría absoluta en el Parlamento catalán.
En este escenario, Convergència Democràtica de Catalunya y Esquerra Republicana de Catalunya, principales componentes de JPS, necesitarán a los 10 diputados regionales de la Candidatura de Unidad Popular (CUP) para llevar adelante su desafío secesionista.
Los resultados mostraron una importante caída para Mas y ERC con respecto a las pasadas elecciones de 2012, cuando la candidatura de la entonces Convergencia i Unió sumaba con los republicanos de Oriol Junqueras 71 escaños, mientras que la CUP ha más que triplicado su representación desde los tres diputados.
"Se mantenga o no Mas como cabeza del movimiento es importante para los secesionistas, porque si es expulsado, el movimiento puede acelerarse y llegar a ser más extremo o quedar más dividido. Es el más sofisticado y tiene el apoyo de los independentistas moderados", dijo Antonio Barroso, analista de Teneo Intelligence.
Algunos expertos advirtieron de que los resultados podrían acabar convirtiendo al conservador Mas en rehén de unos socios con los que no comparte gran parte de su programa de izquierdas más allá del deseo soberanista de ambos.
"A ver qué hace el señor Mas cuando se dé cuenta de que depende de la mitad de los escaños de las CUP, se abre un escenario bastante complicado para Mas, que era el que más se jugaba en estas elecciones", dijo el sociólogo José Pablo Ferrándiz, de Metroscopia, a Reuters.
El discurso del líder de las anticapitalistas CUP, Antonio Baños, es mucho más radical que el de JPS, ya que entre otras cosas defienden una declaración unilateral de independencia inmediata e incluso la salida de la Unión Europea y el euro.
"A partir de mañana, tan solo nos mandamos a nosotros mismos", dijo cuando salió a celebrar el ascenso de su formación el domingo.
FRACTURA CATALANA
Otros políticos catalanes no secesionistas acusaron a Mas de causar una división y una fractura social en Cataluña, con los socialistas abogando por apostar por "el diálogo, la legalidad y la estabilidad".
"El señor Artur Mas convocó estas elecciones convencido de que una mayoría de los catalanes serían favorables a la independencia. Contados los votos, no es así, espero que los integrantes de la candidatura JPS sean conscientes de ello", dijo el candidato socialista Miquel Iceta.
Iceta, que pese a pasar de 20 a 16 escaños dijo haber "aguantado el tipo" al retroceder en sólo 11.000 votos, abogó por abrir el camino a una reforma constitucional federal para cambiar la situación creada en Cataluña.
Mas cogió la bandera del independentismo -que le costó la ruptura con su socio durante casi cuatro décadas Unió- hace tres años después de que el Tribunal Constitucional echara para atrás el Estatuto de autonomía aprobado en Cataluña y hasta en el Congreso de los Diputados y tras la negativa de Rajoy a firmar un pacto fiscal especial para la región.
El líder del partido antiausteridad Podemos, Pablo Iglesias, auguró muchas dificultades para el próximo gobierno catalán, en una comunidad que ha quedado dividida tras estas elecciones entre independentistas y no independentistas.
"El resultado deja a Cataluña y a España en una situación muy difícil de callejón sin salida (...) Va a ser muy difícil tomar decisiones", declaró desde Madrid evaluando el resultado electoral.
Desde el Partido Popular, uno de los grandes perdedores de la noche al pasar de 19 a 11 escaños, su portavoz Pablo Casado reconoció desde Madrid que esperaban unos mejores resultados, y dijo que las elecciones deberían servir para cerrar el debate independentista.
"Vamos seguir defendiendo la unidad de España y el Gobierno, garantizando el Estado de Derecho y la democracia. Mañana sigue todo igual", señaló.