BEIRUT (Reuters) - Aviones de la coalición liderada por Estados Unidos bombardearon el sábado supuestos blancos militantes del Estado Islámico en la sitiada ciudad de Kobani en Siria, después de feroces ataques lanzados por los insurgentes que sacudieron el centro de la localidad e impactaron zonas fronterizas con Turquía.
Los ataques con morteros de los militantes continuaron después de que el bombardeo remeció el centro de Kobani. Varias salvas cayeron dentro de Turquía cerca del puesto de control fronterizo, llamado Mursitpinar, según testigos.
Los militantes del Estado Islámico se han estado enfrentando contra combatientes kurdos por un mes para tomar el control de Kobani y consolidar su influencia sobre una franja de 95 kilómetros de tierra junto a la frontera turca, aunque el incremento de los bombardeos de la coalición en los últimos días ayudó a los kurdos a contener el avance islamista.
La coalición ha estado atacando blancos del Estado Islámico en Irak desde agosto y extendió su campaña a Siria en septiembre después de que el grupo, que se adhiere a una interpretación fundamentalista del Islamismo y que inicialmente concentró su lucha en derrocar al presidente sirio Bashar al-Assad, tomó el control de vastas zonas de la región.
Turquía, una nación miembro de la OTAN, se ha convertido en parte de la coalición y ha insistido en que ésta también debe enfrentar a Assad para poner fin a la guerra civil de Siria que ha causado la muerte de unos 200.000 civiles desde marzo del 2011.
El sábado, el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, con sede en Reino Unido, dijo que los bombardeos de las fuerzas lideradas por Estados Unidos contra el Estado Islámico en Siria mataron a 10 civiles en dos ataques aéreos distintos.
Pero el Comando Central estadounidense en el terreno dijo que no había evidencia que respaldara la información. Sus fuerzas utilizan medidas de mitigación para reducir las posibles muertes de civiles, dijo un portavoz.
Reuters no pudo confirmar la información de manera independiente debido a las restricciones de seguridad en el área.
En Kobani, una comandante del YPG, una milicia kurda siria que defiende la ciudad, sólo entregó su nombre en código, Dicle, y dijo que los renovados ataques del Estado Islámico buscan cortar el último enlace de la localidad con Turquía.
"Ellos desean acabar con la última conexión de Kobani con el resto del mundo", dijo a Reuters por teléfono. "Turquía no permite el paso de combatientes ni armas, pero envió ayuda a Mursitpinar. El Estado Islámico quiere destruir esta entrada para que quedemos atrapados aquí", declaró.