Angélica De Diego
Sao Paulo, 13 mar (EFE).- Gant da un giro a su estrategia de expansión en Brasil al cerrar sus tres locales, entre ellos la "tienda-concepto" localizada en uno de los barrios más lujosos de Sao Paulo, en otra muestra de las pérdidas que enfrentan las grandes marcas en el país, según indicaron hoy fuentes del sector.
Cuando la marca de ropa Gant, una de las empresas americanas emblemáticas de ropa "sport casual", llego a Brasil en el año 2008, desembarcó con la inauguración en menos de un año de tres tiendas en varios de los puntos más exclusivos del país.
En 2010, la marca tenía en sus planes, como afirmó en su momento el presidente de Gant en Brasil, Luiz Mendes, "abrir veinte tiendas más a partir del 2013 y estar presente en más de 200 puntos de venta en todo el país".
Apenas comenzado el tercer mes de 2013, Gant cerró sus tres tiendas en Brasil, dos localizadas en Sao Paulo y una en Curitiba.
No obstante, la agencia Suporte, encargada de la comunicación de la marca, informó de que "la empresa GANT está revisando su estrategia operacional en Brasil, y que por el momento no podía proporcionar más datos sobre el asunto".
La marca Gant fue creada en el año 1949 en New Haven, en Estados Unidos, y adquirida hace unos años por el grupo suizo Maus Fréres, que es también propietario de la francesa Lacoste.
En Brasil, Gant pertenece al mencionado grupo suizo en un 50 % y el otro 50 % es propiedad del grupo textil portugués Ricon, que tiene el derecho de comercializar la marca en el país suramericano y que además fabrica el 60 % de las ropas de la marca.
Como el resto de las marcas de lujo, Gant enfrenta los elevados precios que llegan al consumidor final por causa de los excesivos impuestos a la importación de ropa en el país.
El valor medio del tiquete de compra de Gant-Brasil es de 860 reales (unos 363,3 dólares).
Además de elevados impuestos, las marcas se enfrentan en Brasil a otros desafíos de origen logístico y administrativo, como los atrasos y problemas en los trámites aduaneros, que retrasan la llegada de las colecciones a los puntos de venta.
De igual manera, para posicionar su producto, las marcas pagan también sumas astronómicas por alquilar locales en los lugares más lujosos de Sao Paulo.
Sin embargo, resulta paradójico que una marca con 700 tiendas por todo el mundo y 4.000 puntos de venta en más de 78 naciones, como Gant, vaya a cerrar sus tres negocios en un país donde además de no existir ninguna marca de fabricación nacional que sea competencia directa.
El mercado del lujo prevé en 2014 un crecimiento de entre el 10 % al 15 %, tanto en productos importados como nacionales.
Según datos de la Asociación Brasileña del Comercio Minorista del Sector Textil (Abvtex), los impuestos que inciden sobre las ropas importadas representan más del 50 % del valor de la mercancía.
Los impuestos a la importación, en tanto, son del 35 %, a los hay que añadir otros impuestos obligatorios para estos productos y eso hace que la ropa de Gant se venda en Brasil a un precio 120 % más elevado que en las tiendas de Estados Unidos y Europa.
Potenciales consumidores de la marca en el país, los brasileños prefieran acceder a estas prendas a precios muchos más asequibles en cualquiera de sus viajes al exterior.
Datos facilitados por Abvtex indican que las importaciones del comercio minorista de ropa en Brasil, suman 1,7 billones de reales por año.
En contraposición, los consumidores brasileños traen en sus maletas cerca de 4.000 millones de reales (unos 1.699 millones de dólares) en ropa cuando viajan para el extranjero.
Se calcula que entre el 30 % y el 40 % del gasto de los brasileños en el exterior es ropa.
Por el momento, Ralph Laurent, competencia directa de Gant no se ha planteado volver al país después de cerrar todas sus tiendas en el año 2002.
La marca Tommy Hilfiger, que comparte el mismo tipo de cliente, cerró en el año 2013 su "tienda-concepto" en Sao Paulo, aunque sigue manteniendo abiertas otras en diferentes ciudades del país.
Así, la competencia de Gant en Brasil es el propio consumidor brasileño de alto poder adquisitivo que prefiere comprar en el exterior marcas internacionales de moda.
Fuentes del sector indicaron que esta situación de momento no va variar en el corto plazo debido a las complejidades logísticas del mercado y a las medidas proteccionistas del Gobierno, en un entorno cambiario desfavorable para el real brasileño.