Por Paul Taylor
BRUSELAS (Reuters) - Los defensores de que Reino Unido permanezca dentro de la Unión Europea parecen estar ganando la batalla aérea en los medios tras el empujón recibido con la visita del presidente estadounidense Barack Obama, pero aún así podrían perder la crucial batalla terrestre para que se vaya a votar.
Con los sondeos de opinión apuntando a una estrecha ventaja a favor de la permanencia a dos meses de la votación, y con mucha gente todavía indecisa, la participación será decisiva en el referéndum del 23 de junio.
Pocos británicos se muestran tan apasionados sobre permanecer en el bloque de 28 naciones como los euroescépticos de abandonarlo, así que el riesgo está en que aquellos apáticos o tibios partidarios de la permanencia se queden en casa el día de la votación.
Edouard Lecerf, director global de sondeos de política y opinión en el grupo de encuestas TNS, señaló que algo menos del 60 por ciento del electorado ha dicho que seguramente o probablemente va a votar. Sólo un 40 por ciento está seguro de que votará, porcentaje inferior a la participación del 66,1 por ciento de las elecciones generales del año pasado.
Aunque la campaña por la permanencia tiene bien engrasada la maquinaria de los medios de comunicación y el apoyo de la mayoría de jefes de empresas, de los líderes de los principales partidos políticos y sindicatos, podría carecer de soldados de infantería que jueguen un papel vital para llevar a los votantes a las urnas.
El gobernante partido conservador está dividido, con activistas de base que a menudo son vehementes euroescépticos. El partido laborista, aunque más proeuropeo, está adoptando un perfil bajo, con reticencia a hacer cualquier tipo de favor al primer ministro David Cameron.
Activistas del partido laborista dicen que sus bases de clase trabajadora están enfadadas por la inmigración, la pérdida de empleo industrial y el decreciente bienestar y tienen pocas ganas de escuchar un mensaje proeuropeo en la puerta de su casa.
En cuanto a los partidarios de dejar la UE, activistas del Partido por la Independencia de Reino Unido (UKIP), que ha atraído buena parte del voto laborista, y conservadores antieuropeos ya están llamando afanosamente a las puertas de la Inglaterra de provincias, donde viven muchos votantes más pobres y más viejos.
"La principal batalla será la participación", dijo Simon Hix, profesor de política en la London School of Economics y presidente de VoteWatch EU, que monitoriza los patrones de voto en instituciones de la UE. "Una alta participación significa que la gente joven habrá votado y que probablemente habrán votado por la permanencia".
"El lado de la permanencia tiene un campaña muy efectiva en las ondas, pero la mayoría de los que observan y escuchan ya han tomado una decisión", dijo Hix. "Los que quieren salir tienen combatientes que van de puerta a puerta en todas las esquinas del país. Los que quieren quedarse no tienen tanta gente llamando a las puertas".
Las encuestas muestran que las llamadas tierras celtas -Escocia, Irlanda del Norte y Gales- que son las que más se han beneficiado del gasto regional de la UE, son más proeuropeas, así como los votantes de la cosmopolita Londres. Pero la mayor parte de Inglaterra, incluyendo los núcleos industriales de las 'Midlands' y el norte, y el suroeste, más rural, se inclinan a salir del bloque.