Por Byron Kaye
SÍDNEY, 27 mayo (Reuters) - El jefe de las finanzas del Vaticano se ofreció el miércoles a testificar en una investigación sobre abusos sexuales a menores en su país natal, Australia, en un intento por defenderse de las acusaciones que aseguran que se mantuvo al margen de un problema que ha asediado durante décadas a la Iglesia Católica en todo el mundo.
El cardenal George Pell, prefecto del Vaticano en el Secretariado de Economía, dijo que estaba "horrorizado" por las denuncias de abusos y encubrimientos de la Iglesia Católica, y que ofrecería evidencia en caso de ser consultado.
"Estoy horrorizado por los relatos que han provisto los sobrevivientes durante las audiencias de Ballarat, y por el enorme impacto que los abusos tuvieron en ellos, sus familias y la comunidad", dijo Pell en una carta sobre la investigación, en referencia a su ciudad natal, donde se desempeñó como sacerdote asistente entre 1973 y 1983.
"También estoy profundamente entristecido por la forma en que las autoridades de la iglesia respondieron a estos crímenes. Estoy profundamente comprometido en asistir a la comisión real y con hacer lo que sea necesario para ayudar a los supervivientes, (incluyendo) entregar evidencia en persona si me lo piden", añadió.
Pell fue anteriormente arzobispo de Sídney, la máxima autoridad católica en Australia.
Sus declaraciones sugieren que está tomando una postura más visible y frontal a la pesadilla pública surgida en torno a la iglesia desde que Australia inició en el 2013 una investigación apoyada por el Gobierno sobre los abusos sexuales a menores cometidos por miembros del clero.
Desde el comienzo de las audiencias hace una semana en Ballarat, testigos han indicado que Pell podría haber estado al tanto de los abusos sexuales cometidos por sacerdotes en su ciudad, y que el ex arzobispo habría ofrecido incentivos a una de las víctimas para que retirara su denuncia.
Pell ha negado reiteradamente que estuviera en conocimiento de los abusos en la iglesia, y negó haber trasladado de parroquias a los sacerdotes acusados para evitar repercusiones. También rechaza la acusación de que tomó medidas para silenciar a las víctimas.
El panel investigador publicó la carta de Pell el mismo día en que un ex sacerdote que vivió con él, ahora en prisión por abusar de más de 50 menores, dijo en un testimonio que comprendía que estaba cometiendo un crimen pero que nunca discutió sus actos con miembros de la iglesia porque no quería ser expulsado de la institución.
(Traducido por la Mesa de Santiago de Chile; Editado por Gabriel Sánchez en Madrid) 2015-05-27T142521Z_1007080001_LYNXMPEB4Q0QU_RTROPTP_1_OESEN-VATICANO-AUSTRALIA.JPG