Por Noah Barkin
BERLÍN (Reuters) - Los líderes europeos festejaron la victoria del centrista Emmanuel Macron en las elecciones francesas del domingo y la consideraron un voto por la unidad de Europa y un golpe a las fuerzas políticas que quieren acabar con la Unión Europea.
Macron, exministro de Economía de 39 años que urgió a Francia a acoger a la Unión Europea y la globalización, derrotó a la nacionalista de extrema derecha Marine Le Pen con más del 65 por ciento de los votos y una diferencia cercana a 20 puntos porcentuales.
Le Pen fustigó a la Unión Europea y a sus políticas de fronteras abiertas durante la campaña, prometiendo poner primero a Francia, un mensaje que hizo recordar al del presidente Donald Trump antes de llegar al poder en Estados Unidos.
"Su victoria es una victoria por una Europa fuerte y unida y por una amistad francoalemana", escribió en Twitter Steffen Seibert, portavoz de la canciller alemana, Angela Merkel, poco después de publicarse los primeros resultados oficiales.
Donald Tusk, ex primer ministro polaco que preside las cumbres de líderes europeos, tuiteó: "Felicitaciones a los franceses por elegir la libertad, igualdad y fraternidad por sobre la tiranía de las noticias falsas", en una aparente referencia a historias engañosas sobre Macron que fueron difundidas en las redes sociales poco antes de la votación.
Con un tuit de su portavoz, la primera ministra británica, Theresa May, felicitó cálidamente a Macron. "Francia es uno de nuestros aliados más cercanos y ansiamos trabajar con el nuevo presidente en un amplio rango de prioridades compartidas", dijo.
Desde Italia, el primer ministro, Paolo Gentiloni, tuiteó: "Hurra, Macron presidente! Hay esperanza para Europa!".
En España, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, mandó en Twitter el mensaje: "Trabajemos Francia y España por una Europa estable, próspera y más integrada".
La élite política de Europa llegó débil a 2017 con temores de que la elección de Trump y el referendo a favor del Brexit, alimentados por el descontento sobre la inmigración y la creciente desigualdad económica, pudieran ser replicados en el continente europeo en un año mega electoral en el que los holandeses y alemanes también tenían elecciones.