Por Marton Dunai
BUDAPEST (Reuters) - Cientos de inmigrantes protestaban el miércoles por segundo día consecutivo frente a la estación de tren Keleti de Budapest, gritando "Libertad, libertad!" y pidiendo el acceso a trenes con destino Alemania desde una estación que se ha cerrado para ellos.
El caos de esta semana en la estación de la capital húngara se ha convertido en el último símbolo de la crisis migratoria en Europa, la peor en el continente desde la guerra de los balcanes de la década de 1990 en la antigua Yugoslavia.
Más de 2.000 inmigrantes, entre ellos familias con hijos, esperaban en la plaza junto a la estación mientras los húngaros con tarjetas de identidad y extranjeros con pasaportes válidos podrían abordar los trenes.
Cientos de miles de refugiados que huyen de la guerra y los inmigrantes económicos que escapan de la pobreza han estado llegando a Europa en inestables botes a lo largo del Mediterráneo y sobre tierra a lo largo de la península balcánica.
Casi todos alcanzan la UE en su frontera sur o este y luego buscan países más ricos y generosos al norte y el oeste, ignorando las normas de la UE que les exigen esperar el proceso en el país al que llegan primero.
Alemania, que está preparada para acoger de largo el mayor número de personas, ha comenzado a aceptar solicitudes de asilo de refugiados sirios independientemente de por dónde llegaron a la UE, incluso aunque los inmigrantes indocumentados en teoría no puedan viajar a través del bloque. Eso ha causado confusión entre sus vecinos europeos, que han debatido esta semana entre dejarlos entrar o bloquear su paso.
Muchos llegan desde los balcanes a través de Hungría, que permitió a miles de personas abordar trenes hacia Alemania el lunes, pero desde entonces se ha pedido que parasen, dejando acampados a los inmigrantes bajo el calor estival del centro de Budapest.
La estación se cerró desde el martes. Preguntado por si Hungría permitiría a los inmigrantes entrar en trenes hacia Alemania como hizo el lunes, un portavoz del Gobierno dijo que Budapest estudiaría las normas de la UE que prohíben viajar a quienes no tienen documentos válidos.
CONFUSIÓN
La crisis migratoria ha polarizado y confundido a la UE, que está comprometida con el principio de acoger refugiados que huyen de peligros reales aunque no tiene un mecanismo para obligar a sus 28 estados miembros a compartir la carga de acogerlos.
Hasta 26 países europeos han eliminado sus controles fronterizos bajo el acuerdo Schengen, por lo que no hay un mecanismo efectivo en marcha para aplicar la prohibición de que los inmigrantes indocumentados viajen por el bloque.
Alemania dijo que pese a su decisión de aceptar las solicitudes de asilo de los primeros sirios que llegaron a la UE, otros países del bloque deberían seguir pidiendo el registro de inmigrantes y mantenerlos donde llegaron primero.
Con unos 50 policías ante la estación de Budapest, los inmigrantes llenaban la soleada plaza por la mañana, jugando a las cartas, durmiento o cargando sus móviles en los enchufes de las furgonetas de televisión por satélite.
Willi Xylander, un alemán de 59 años de vacaciones en Budapest, observaba la escena preguntándose si era seguro el viaje para los viajeros habituales, como sus mujer e hija que llegarían al día siguiente.
"Hemos oído muchas historias sobre protestas aquí de las que estamos preocupados", dijo.
Agnes Halmos, enfermera de 30 años, dijo que sentía más pena que miedo por ellos.
"Es horrible que estén parados aquí, miles de ellos, con sólo cinco servicios portátiles y sin sitio para pasar la noche", dijo.
La relativa calma se interrumpió cuando un grupo de 100 hombres se acercaba a la plaza marchando en formación tras un cartel de cartón con la bandera afgana.
Su líder, Sanil Jan, de 32 años, dijo que habían pasado suficiete tiempo en Budapest y que ahora querían ir a Alemania.
"Quiero mi libertad, he estado en la carretera mucho tiempo, y ahora estoy en la Unión Europea y quiero mi libertad", dijo visiblemente agitado.
Mientras la columna de hombres llegaba a la estación, otros cientos se les unieron y gritaron "¡Libertad, libertad!" y "¡Alemania, Alemania!"
La Policía húngara dijo en un comunicado que actuaban según las normas Schengen. Pararon una furgoneta en una autopista desde la frontera serbia hacia Budapest que llevaba 10 sirios y 10 inmigrantes iraquíes y detuvo a su conductor serbio por sospecha de traficar con seres humanos.