Por Ginger Gibson y Emily Stephenson
Tras repartirse las victorias en las primarias del martes, los demócratas Hillary Clinton y Bernie Sanders se encaminan a la fase final de la nominación presidencial de su partido, en una carrera que ha sido más larga y, a veces, agria de lo esperado.
Clinton ganó por poco a Sanders en Kentucky, un estado en el que no se esperaba que venciera. Sanders se hizo con Oregón, un estado que se amoldaba a sus fortalezas.
La prolongada lucha por la nominación demócrata se ha calentado en los últimos días, obligando a los líderes del partido a entrar en escena y abogar por la unidad.
Los brotes de violencia provocados por los seguidores de Sanders en el estado de Nevada durante el fin de semana fueron condenados por la presidenta del Comité Nacional Demócrata, Debbie Wasserman Schultz: "Tenemos un proceso establecido que es bastante justo", dijo a CNN.
"Nadie debe recibir amenazas de muerte", agregó, en referencia al acoso sufrido por la máxima autoridad demócrata local tras los disturbios.
Las próximas primarias se celebrarán el 7 de junio, incluyendo a estados que reparten muchos delegados como California y Nueva Jersey. La última prueba será el 14 de junio en Washington D.C.
Aunque los sondeos indican que Clinton es la favorita para ganar la nominación, el dividido resultado del martes significa que aún necesita más de 100 delegados para alcanzar su meta, lo que le ha impedido centrar aún del todo su atención en la elección presidencial del 8 de noviembre y en el probable nominado republicano, Donald Trump.
El magnate inmobiliario neoyorquino se aseguró la nominación de su partido después de que sus rivales terminaran abandonando la carrera a principios de mayo y ha empezado a organizar ya su campaña para luchar por la Casa Blanca. El martes firmó un acuerdo conjunto de recogida de fondos con el Comité Nacional Republicano.
En una entrevista con Fox News en la noche del martes, Trump dijo que algunos lamentan sus acciones durante el proceso de primarias republicanas en el que batió a 16 rivales, muchos de los cuales fueron objeto de sus insultos. "Podría haber usado otro lenguaje un par de veces, pero en general estoy contento con el resultado", comentó.