Por Noah Barkin y Michelle Martin
BERLÍN (Reuters) - La canciller alemana, Angela Merkel, accedió el viernes a permitir que la fiscalía ponga en marcha un caso contra un cómico que se mofó del presidente turco, Tayyip Erdogan, generando críticas por no proteger la libertad de expresión.
Erdogan había exigido a Alemania que presentara cargos contra Jan Boehmermann por burlarse del líder turco en un programa de la televisión pública ZDF el 31 de marzo, con un poema en el que insinuaba que golpea a niñas, ve pornografía infantil y participa en actos de bestialismo.
Una sección del código penal alemán prohíbe los insultos contra los líderes extranjeros, pero deja en manos del Gobierno decidir si autoriza a los fiscales perseguir estos casos.
Esta situación puso a Merkel en una posición difícil. La canciller ha sido la promotora de un polémico acuerdo de la Unión Europea con Turquía para frenar el flujo de refugiados hacia el continente y sus críticos la acusaron de ignorar las violaciones a los derechos humanos y la libertad de prensa en ese país para asegurarse su cooperación.
Merkel precisó en un comunicado que la decisión de permitir que los fiscales investiguen no es un veredicto sobre los méritos del caso en sí mismo, pero recibió duras críticas de su socio de coalición, el izquierdista Partido Social Demócrata (SPD), que quería que la petición turca fuera rechazada.
"Bajo mi punto de vista, fue una decisión errónea", dijo Thomas Oppermann, líder del SPD en el Parlamento. "La persecución de la sátira por 'lesa majestad' no encaja con la democracia moderna", agregó.
Boehmermann, de 35 años, es conocido por llevar la sátira al límite y dejó claro antes de leer el poema que estaba infringiendo la ley de forma intencionada. ZDF retiró el vídeo de su actuación de su web, pero el humorista recibió el apoyo de destacados artistas alemanes y un sondeo de la revista Focus indicó que el 82 por ciento considera defendible su poema.
En su comunicado, Merkel presionó a Turquía -candidato a ingresar en la UE- para que defienda los valores de la libertad de expresión, de prensa y artística, pero la Asociación de Periodistas Alemanes señaló que Merkel envió la "señal equivocada" al Gobierno turco.