Por Nelson Acosta y Matt Spetalnick
LA HABANA/WASHINGTON (Reuters) - Estados Unidos anunciará el miércoles un giro en su política hacia Cuba, su viejo enemigo de la Guerra Fría, para normalizar sus relaciones diplomáticas después de que La Habana liberara al estadounidense Alan Gross y a otro agente de inteligencia a cambio de tres presos cubanos.
En lo que probablemente sea el mayor cambio en décadas de tensas relaciones, el presidente estadounidense Barack Obama anunciará al mediodía local (1700 GMT) que los dos países buscarán abrir embajadas en sus capitales, tras mantener una conversación telefónica de casi una hora con el presidente cubano Raúl Castro, aseguraron altos funcionarios en Washington.
El cambio implicará un relajamiento del flujo comercial con La Habana, que sufre un embargo de más de medio siglo por parte de Estados Unidos, y en el transporte.
"Estos pasos serán los cambios más significativos a nuestra política hacia Cuba en más de 50 años", dijo un importante funcionario de la administración estadounidense a periodistas. "Lo que estamos haciendo es el comienzo de la normalización de relaciones entre Estados Unidos y Cuba", dijo.
Se espera que Castro haga un anuncio a la misma hora que Obama.
Un responsable estadounidense indicó que Gross fue liberado por motivos humanitarios y el senador estadounidense Dick Durbin dijo que las negociaciones duraron un año y que El Vaticano participó en ellas. Gross hará declaraciones en Washington, después de haber aterrizado en la base militar Andrews.
Cuba detuvo a Gross, ahora de 65 años, el 3 de diciembre de 2009. El subcontratista de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) fue condenado a 15 años de cárcel por importar tecnología prohibida y tratar de establecer una red de Internet clandestina.
El caso de Gross era un obstáculo para la normalización de los vínculos entre Cuba y Estados Unidos, que carecen de relaciones diplomáticas desde los primeros años de la década de 1960, poco después de que Fidel Castro llegó al poder con la revolución de 1959.
Sea cual sea el anuncio de Obama, probablemente suscitará las críticas de muchos en Washington y en la comunidad de exiliados cubanos en Miami por haber liberado a los agentes de Cuba que estaban detenidos en Estados Unidos.
Robert Menendez, un cubano-estadounidense que preside el Comité de Relaciones Internacionales del Senado, criticó rápidamente en un comunicado la decisión de Obama, asegurando que intercambiar a Gross por "criminales convictos establece un precedente extremadamente peligroso".
Y el senador republicano Marco Rubio dijo que "haría todos los esfuerzos" para impedir que Obama normalice las relaciones con el Gobierno cubano después de describir la decisión del presidente como "inexplicable".
La Habana había culpado al Gobierno de Estados Unidos por el encarcelamiento del contratista estadounidense y había ofrecido en reiteradas ocasiones entrar en un diálogo sin condiciones previas, una propuesta que hasta ahora había sido rechazada por Washington.
El Gobierno cubano siempre intentó vincular el tema de Gross a los casos de tres agentes de inteligencia que cumplían prolongadas penas de cárcel en varias ciudades estadounidenses por espiar a grupos de exiliados cubanos y monitorizar instalaciones militares en Florida. Ellos son considerados héroes en casa.
Cuba también puso en libertad a un agente de inteligencia estadounidense que estuvo casi 20 años entre rejas.
Los tres cubanos liberados en el canje son Gerardo Hernández, Antonio Guerrero y Ramón Labañino, en prisión desde
1998.
Cuando Obama llegó a la presidencia en 2009, flexibilizó algunas restricciones sobre Cuba, como los viajes de los cubanos-estadounidenses y el envío de remesas a la isla. Pero con el arresto y condena de Gross se estancó el proceso de acercamiento entre Washington y La Habana.