Por Zachary Fagenson y David Adams
MIAMI, EEUU (Reuters) - La noticia de que Estados Unidos reanudará relaciones diplomáticas totales con Cuba y que abrirá una embajada en La Habana por primera vez en más de medio siglo se sintió entre la comunidad de 1,5 millones de exiliados cubanos en Estados Unidos, muchos de los cuales son opositores de toda la vida al Gobierno comunista.
Algunos exiliados cubanos se regocijaron ante la posibilidad de un acceso más expedito a sus familiares tras enterarse del anuncio de un acercamiento diplomático entre Cuba y Estados Unidos.
Mientras algunos se llenaron de optimismo ante la posibilidad de mejores relaciones entre Estados Unidos y la isla comunista, otros simplemente estaban "eufóricos".
"Es increíble", dijo Hugo Cancio, quien llegó a Miami en el bote Mariel en 1980 y que dirige una revista con oficinas en Miami y La Habana.
"Este es un nuevo comienzo, un sueño hecho realidad para los 11,2 millones de cubanos en Cuba, y creo que provocará un cambio de mentalidad aquí también. Estoy eufórico. He estado trabajando para este momento por 25 años".
Esa sensación no se ha sentido en ningún lugar tan fuerte como en Florida, distante a poco más de 100 kilómetros de la costa de Cuba y que alberga a más o menos un 80 por ciento de la población cubana estadounidense.
Pedro Freyre, un abogado cubano estadounidense en Miami, recibió con beneplácito el cambio.
"No es una exageración decir que este es un día histórico", afirmó Freyre, exrepublicano y otrora activista de línea dura contra Cuba. Actualmente, el abogado se califica como un demócrata conservador.
En abril de 2009, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, prometió que "reiniciaría" los vínculos entre Estados Unidos y Cuba, aliviando restricciones de viaje y de envíos de dinero a Cuba.
En la ocasión, llamó a Cuba a la reciprocidad mediante la liberación de disidentes detenidos y a que permitiera una mayor libertad política.
Eso no ocurrió hasta el miércoles, cuando responsables estadounidenses anunciaron que Alan Gross, un estadounidense preso en Cuba por cinco años, había sido liberado. Cuba también liberó a un agente de inteligencia que espió para Estados Unidos y que fue retenido por casi 20 años.
En tanto, Washington liberó a tres agentes de inteligencia cubanos presos en Estados Unidos.
No obstante, el impacto político podría ser complicado. El senador estadounidense Marco Rubio, un republicano cubano estadounidense de Florida, dijo a Fox News que no creía que el Congreso respalde el levantamiento del embargo.
El congresista estadounidense Mario Díaz-Balart, un cubano de Miami, condenó el cambio de política.
"Las acciones del presidente Obama son una traición inconsciente de los valores fundamentales estadounidenses y un profundo insulto al pueblo cubano oprimido", sostuvo.