Por Kathryn Doyle
(Reuters) - En el período 2003-2010 disminuyó el consumo infantil de comida rápida en Estados Unidos, como así también las calorías que aportan algunos de esos productos.
"La mayoría de los estudios previos se habían concentrado en los ingredientes de los menús, pero éste se concentró en lo que los chicos están comiendo", dijo el coautor, doctor Colin D. Rehm, que trabajó en University of Washington, Seattle, y, ahora, en Tufts University, Medford, Massachusetts.
"El mensaje es que los cambios son posibles, ya sea por las preferencias de los consumidores o el trabajo de los restaurantes –dijo por vía telefónica–. Esto demuestra que esa posibilidad existe."
Los datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición del 2003 revelan que casi el 39 por ciento de los niños estadounidenses consumían comida rápida un día de la semana. Eso se redujo al 33 por ciento en la encuesta del 2009-2010.
También se redujo la cantidad de calorías del menú de los restaurantes que venden hamburguesas, pizza y pollo frito, no así de los que ofrecen comida mexicana y sándwiches.
Tanto una como los otros contribuyen poco al consumo total de comida rápida, de modo que no habría sido fácil detectar una tendencia descendente durante el período de estudio, según aclaró Rehm.
En JAMA Pediatrics, el equipo publica que también se detectó una caída de la venta de pizza desde el 2003, lo que explicaría en parte esa reducción de la frecuencia del consumo y las calorías. Influyó, además, una mayor conciencia nutricional en la población, las reformulaciones de los productos y la reducción del tamaño de las porciones en esos restaurantes.
"Como el consumo de comida rápida estaría disminuyendo en la población adulta, no nos sorprende hallar la misma tendencia en los niños", dijo Katherine W. Bauer, del Centro de Investigación de la Obesidad y Educación de Temple University, Filadelfia, y que no participó del estudio.
Rehm comentó que en el 2010 se redujo la cantidad de niños que comían pizza todos los días y, cuando lo hacían, tendían a consumir menos calorías. Con las hamburguesas, se redujo el aporte calórico, pero no el porcentaje de consumidores diarios, lo que indica que los niños o sus padres comenzaron a elegir los productos con menos calorías en las hamburgueserías.
Reducir la frecuencia de consumo de la comida rápida y sus calorías son señales positivas para la salud, según consideró Bauer. "Sólo con este estudio no podría decir que la población infantil es más saludable porque no sabemos, si así fuera, con qué están reemplazando la comida rápida y los snacks", agregó el autor.