Por Fransiska Nangoy y Vladimir Soldatkin
NUSA DUA, Indonesia, 15 nov (Reuters) - El martes surgió el desacuerdo en la cumbre del G20, ya que Estados Unidos y sus aliados apoyaron una resolución de condena por la invasión rusa de Ucrania, que el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia tachó de politización injustificada.
La cumbre que se celebra en la isla indonesia de Bali es la primera reunión de los líderes del G20 desde que Rusia envió sus tropas a Ucrania en febrero.
La guerra, que Rusia ha descrito como una "operación militar especial", ha eclipsado la reunión pese a los llamados de la anfitriona Indonesia a la unidad y a centrarse en la acción para resolver problemas económicos globales como la inflación y la seguridad alimentaria y energética.
"La mayoría de los miembros condenó de forma enérgica la guerra en Ucrania y subrayó que está causando un inmenso sufrimiento humano y exacerbando las fragilidades existentes en la economía mundial", indicó un borrador de declaración de 16 páginas, según una copia a la que tuvo acceso Reuters.
"Hay otros puntos de vista y diferentes evaluaciones de la situación y las sanciones", decía el borrador, que, según los diplomáticos, aún no había sido adoptado por los líderes.
El ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, que encabeza la delegación de su país en ausencia del presidente Vladimir Putin, denunció el intento de condenar a Moscú como una politización por parte de los países occidentales que intentaron sin éxito incluirla en la declaración.
Lavrov dijo que Rusia presentó un punto de vista alternativo y que el borrador se completará el miércoles.
Un funcionario estadounidense afirmó previamente que Washington espera que el G20 condene la guerra en Ucrania y su impacto en la economía mundial. El canciller alemán, Olaf Scholz, dijo que hay señales alentadoras de un consenso sobre que el conflicto bélico en Ucrania no es aceptable.
En el pasado, las reuniones de los ministros del G20 no han logrado producir declaraciones conjuntas debido al desacuerdo entre Rusia y otros miembros sobre el lenguaje, incluso sobre cómo describir la guerra en Ucrania.
Con anterioridad, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, dijo en un discurso virtual en la cumbre que ahora es el momento de detener la guerra, según un plan que ha propuesto "con justicia y sobre la base de la Carta de las Naciones Unidas y el derecho internacional".
Asimismo, pidió que se restablezca la "seguridad radiológica" en relación con la central nuclear de Zaporiyia, que se introduzcan restricciones en los precios de los recursos energéticos rusos y que se amplíe una iniciativa de exportación de cereales. "Por favor, elijan su camino para el liderazgo, y juntos seguramente aplicaremos la fórmula de la paz", agregó.
Lavrov, que desestimó una información de una agencia de noticias el lunes que aseguró que había sido trasladado a un hospital de Bali con una afección cardiaca, dijo que había escuchado el discurso de Zelenski, y añadió que el líder ucraniano estaba alargando el conflicto y no escuchaba los consejos de Occidente.
La cumbre se inauguró con un llamado del presidente indonesio, Joko Widodo, a la unidad y a la adopción de medidas concretas para arreglar la economía mundial, a pesar de las profundas desavenencias por la guerra.
"No tenemos otra opción, la colaboración es necesaria para salvar el mundo", dijo. "El G20 debe ser el catalizador de la recuperación económica inclusiva. No debemos dividir el mundo en partes. No debemos permitir que el mundo caiga en otra guerra fría".
El G20, que incluye países que van desde Estados Unidos, Rusia y Brasil hasta India, Arabia Saudita y Alemania, representa más del 80% del Producto Interno Bruto mundial, el 75% del comercio internacional y el 60% de su población.
En vísperas de la cumbre, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el líder chino, Xi Jinping, mantuvieron una reunión bilateral en la que se comprometieron a mantener una comunicación más frecuente pese a las numerosas diferencias.
(Reporte de Fransiska Nangoy, Stanley Widianto, Nandita Bose, Leika Kihara, David Lawder y Simon Lewis en Nusa Dua, Andreas Rinke en Berlín, Lidia Kelly en Melbourne y Eduardo Baptista en Pekín; escrito por Ed Davies y Raju Gopalakrishnan; editado en español por Carlos Serrano)