Por Víctor Tuda
MADRID (Reuters) - El presidente de Unió Democrática de Catalunya, Josep Antoni Duran i Lleida, anunció este sábado su dimisión como presidente del partido tras 29 años en el cargo y después de los malos resultados electorales cosechados en Cataluña y España.
La decisión, comunicada el sábado al comité de Gobierno de Unió, llega tras los malos resultados obtenidos en las últimas elecciones regionales y generales, y tras la disolución en 2015 de la coalición que Unió formaba con Convergència Democràtica de Catalunya (CDC), CiU, después de las desavenencias por la deriva independentista de los convergentes.
Durante 37 años, CiU se convirtió en un partido nacionalista hegemónico en Cataluña y con importante influencia en la política nacional.
Duran expresó el sábado su preocupación por la inestabilidad política tanto en Cataluña como en Madrid y confirmó que seguirá en Unió "mientras tenga vida", reivindicando el papel de la formación en la arena política catalana. "Sólo con una fuerte Unió volveremos a recuperar el espacio catalanista y democristiano", aseguró.
Tras el fin de la histórica alianza, Unió acudió en solitario a las últimas elecciones catalanas del mes de septiembre en las que no obtuvo representación parlamentaria. Igualmente, en los comicios generales de diciembre y con Duran i Lleida como candidato, tampoco entró en el Congreso de los Diputados de Madrid.
"No se puede esconder la cabeza bajo el ala y hacer como si no hubiera pasado nada", dijo el hasta ahora líder democristiano catalán, que obtuvo 64.000 votos en las generales, un 0,2 por ciento de los sufragios.
El divorcio político entre Duran i Lleida y Artur Mas, líder de CDC, se precipitó en junio de 2015 tras la apuesta independentista del convergente y la salida de políticos de Unió del gobierno catalán. La ruptura de la coalición dio vía libre a Mas, quien presentó la situación como una "separación amistosa", para iniciar un nuevo proyecto político marcado por una hoja de ruta independentista.
En unos comicios regionales presentados en clave soberanista, CDC acudió en una confluencia de partidos y sociedad civil - Junts Pel Sí - tomando la agenda independentista para liderar un proceso de desconexión institucional con España en el plazo de 18 meses.
Mientras Junts Pel Sí ganó las elecciones catalanas con 1.600.000 votos, casi el 40 por ciento, Unió naufragó con poco más de 100.000 votos, un 2,5 por ciento, unos resultados con los que se quedaron sin representación parlamentaria.