Por Steve Holland y Anthony Deutsch
WASHINGTON/JERSÓN, Ucrania, 2 dic (Reuters) - Los presidentes de Estados Unidos y Francia afirmaron que pedirán cuentas a Rusia por sus acciones en Ucrania y la Unión Europea llegó a un acuerdo provisional sobre un límite del precio del petróleo para reducir los ingresos de exportación de Moscú.
Las potencias occidentales intentan reunir apoyos para Ucrania, que ha recibido ataques con misiles y drones contra el suministro eléctrico, el agua y la calefacción en sus ciudades, justo cuando se aproxima el invierno boreal, tras nueve meses de invasión rusa.
Mientras tanto, Rusia acusó a Estados Unidos y a la OTAN de desempeñar un papel directo y peligroso en la guerra y dijo que Washington había convertido a Kiev en una amenaza existencial para Moscú que no podía ignorar.
En un intento de reducir el dinero disponible para el esfuerzo bélico de Moscú, la Unión Europea acordó provisionalmente el jueves un tope de 60 dólares por barril para el petróleo ruso transportado por mar, según diplomáticos. La medida deberá ser aprobada por todos los Gobiernos de la UE en un procedimiento escrito antes del viernes.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el de Francia, Emmanuel Macron, dijeron en una declaración conjunta tras las conversaciones en la Casa Blanca el jueves que estaban comprometidos a hacer que Rusia rinda cuentas "por atrocidades y crímenes de guerra ampliamente documentados, cometidos tanto por sus fuerzas armadas regulares como por sus apoderados" en Ucrania.
Biden dijo que Washington y París "se enfrentan a la ambición de conquista de Vladimir Putin" y "defienden los valores democráticos y los derechos humanos universales".
Biden dijo a los periodistas que estaba dispuesto a hablar con el presidente ruso "si de hecho hay un interés en que decida que está buscando una manera de poner fin a la guerra", pero añadió que Putin "no lo ha hecho todavía".
Macron dijo que seguiría hablando con Putin para "tratar de evitar la escalada y obtener resultados muy concretos", como la seguridad de las centrales nucleares.
LAS BAJAS DE UCRANIA
No hay conversaciones políticas en marcha para poner fin a la guerra, que Rusia inició el 24 de febrero como una "operación militar especial" alegando que su objetivo era desarmar al país vecino y erradicar a unos líderes que tacha de peligrosos nacionalistas.
Ucrania y Occidente califican la invasión rusa de apropiación imperialista de tierras, que ha matado a decenas de miles de civiles y soldados ucranianos de ambos bandos.
Las fuerzas armadas ucranianas han perdido hasta ahora entre 10.000 y 13.000 soldados, dijo el jueves el asesor presidencial Mijailo Podolyak a una cadena de televisión ucraniana.
"Nunca instaremos a los ucranianos a hacer un compromiso que no sea aceptable para ellos, porque son muy valientes", dijo Macron en Washington.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, en un vídeo publicado el jueves por la noche, recordó que el 1 de diciembre era el aniversario de un referéndum celebrado hace 31 años en el que Ucrania —entonces todavía parte de la Unión Soviética— votó mayoritariamente a favor de la independencia.
"Nuestro deseo de vivir libremente (...) no se romperá. Los ucranianos no volverán a ser una pequeña piedra en un imperio", dijo Zelenski.
Horas más tarde, en la madrugada del viernes, los soldados rusos bombardearon un edificio en la ciudad ucraniana de Zaporiyia, incendiándolo, dijo el responsable de la ciudad Anatoly Krutyev.
ATAQUES A LAS INFRAESTRUCTURAS
En las últimas semanas se ha intensificado la campaña de Rusia para cortar el suministro de electricidad, agua y calefacción en las ciudades ucranianas. Ucrania y Occidente afirman que la estrategia pretende dañar deliberadamente a los civiles, lo que constituye un crimen de guerra.
El alcalde de Kiev, Vitaliy Klitschko, dijo el jueves a los residentes que se aprovisionaran de agua, alimentos y ropa de abrigo en caso de apagón total.
Los ataques a las infraestructuras probablemente aumentarán el coste de mantener la economía ucraniana en marcha el año que viene en hasta 1.000 millones de dólares al mes y la ayuda al país tendría que ser "concentrada", dijo el jueves la directora del FMI, Kristalina Georgieva, en la conferencia Reuters NEXT.
La artillería rusa bombardeó posiciones ucranianas en la ciudad oriental de Bajmut y sus alrededores, así como en la capital regional de Jersón, en el sur, dijo el Estado Mayor ucraniano a última hora del jueves.
El ejército ruso, que abandonó la ciudad de Jersón en noviembre, está tratando de establecer posiciones defensivas y está bombardeando varias ciudades al norte, dijo en un comunicado.
Reuters no pudo confirmar de forma independiente las informaciones sobre el campo de batalla.
El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, defendió en una conferencia de prensa anual en Moscú los recientes ataques con misiles, diciendo que su objetivo era la infraestructura civil de Ucrania para evitar que Kiev importara armas occidentales.
No explicó cómo esos ataques podían lograr ese objetivo.
"Desactivamos las instalaciones energéticas (en Ucrania) que les permiten (a Occidente) bombear armas letales a Ucrania para matar a los rusos", dijo Lavrov.
"Así que no digan que Estados Unidos y la OTAN no participan en esta guerra: ustedes participan directamente".
En una señal de que algunos canales de comunicación siguen abiertos, el Ministerio de Defensa de Rusia y el jefe de la administración presidencial de Ucrania dijeron que los dos países intercambiaron 50 efectivos de servicio el jueves.
(Información de las redacciones de Reuters; escrito por Grant McCool y Stephen Coates; editado en español por Benjamín Mejías Valencia)