Por Matt Spetalnick
WASHINGTON (Reuters) - El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, aún enfrenta la enorme tarea de evitar que un Congreso escéptico sabotee el acuerdo nuclear con Irán e impedir que las negociaciones colapsen en la discusión de los detalles, a pesar de que se alcanzó un marco que el mandatario consideró como "histórico".
Si bien las grandes potencias mundiales e Irán lograron auténticos avances para alcanzar el jueves un amplio pacto en Suiza, la verdadera prueba se dará a finales de junio, cuando debe concluirse el acuerdo.
"Este es un acontecimiento alentador, pero desde luego el problema está en discutir los detalles", dijo Edwin Lyman del Union of Concerned Scientists, un grupo de Washington sin ánimo de lucro que suele ser crítico con la energía nuclear.
Las maratonianas negociaciones en Lausana habían transitado por una delgada línea entre el éxito y el fracaso, y el propio Obama advirtió el jueves de que "el éxito no está garantizado, a pesar del acuerdo".
Los rivales republicanos de Obama no mostraron señales de dar marcha atrás en sus planes de proponer un proyecto de ley que el mandatario sostiene que socavaría el diálogo, incluida una legislación que exigiría que cualquier acuerdo final sea aprobado por el Congreso controlado por los republicanos.
El senador estadounidense Marco Rubio, un posible candidato a la candidatura presidencial, dijo que los términos iniciales del acuerdo con Irán son "muy problemáticos" y prometió trabajar para imponer sanciones adicionales.
Pero la posición de Obama en el Congreso podría ser fortalecida por el contenido sorpresivamente detallado del marco de acuerdo, aunque muchos puntos claves aún deben ser pactados.
Bajo el marco pactado, Irán apagaría más de dos tercios de sus centrifugadoras instaladas, capaces de producir uranio que podría ser utilizado para construir una bomba, desmantelaría un reactor que podría producir plutonio y aceptaría medidas de verificación invasivas.
Irán también accedió a reducir significativamente la cantidad de centrifugadoras instaladas para enriquecer uranio a 6.104 desde 19.000 y sólo operará 5.060 bajo el futuro acuerdo con las seis potencias, según un ficha informativa de Estados Unidos.
"La gran pregunta es si es lo suficientemente específico para cumplir las demandas de los críticos en el Congreso o lo suficientemente vago para que los iraníes puedan decir ante su público que no ha cedido", dijo Jon Alterman, director del programa de Oriente Próximo del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales en Washington.
TEMAS INTRATABLES
Entre los temas técnicos pendientes más difíciles están cómo Teherán modernizaría su reactor de agua pesada Arak y los sitios subterráneos Fordow. Bajo el acuerdo del jueves, Irán accedió a modificarlos para que ambos sean incapaces de producir material apto para bombas.
Debido al potencial de Arak de producir plutonio, que al igual que el uranio altamente enriquecido puede servir para armas nucleares, Occidente ha buscado eliminarlo o convertirlo en una planta de agua ligera, con menos opciones de violar los acuerdos de no proliferación.
Irán ha dicho que el reactor sólo producirá radioisótopos para usos medicinales y agrícolas, y ha descartado cerrarlo.
La manera exacta en que Irán reconstruirán y rediseñará Arak podría resultar polémica.
A los funcionarios occidentales les gustaría que Fordow, cuyos salones de enriquecimiento se encuentran a 91 metros bajo tierra, sea convertido en algo que no tenga relación con el enriquecimiento. Bajo el acuerdo, Irán accedió a no enriquecer uranio en Fordow por al menos 15 años y a usarlo sólo para "fines pacíficos".
Pero la definición de "fines pacíficos" podría ser un desafío. Teherán ha insistido en su derecho a realizar investigación de centrifugadoras avanzadas en la instalación.
Otro tema que podría hacer descarrilar las negociaciones entre ahora y junio es el momento en que se levantarán las sanciones a Irán, que incluyen prohibiciones al comercio de tecnología nuclear y de misiles y un embargo de armas.
Bajo el acuerdo del jueves, las sanciones de Estados Unidos y la Unión Europea contra Irán serán levantadas gradualmente a medida que la República Islámica demuestre que está cumpliendo con el futuro acuerdo.
Algunas sanciones del Consejo de Seguridad de la ONU serían levantadas gradualmente, aunque otras seguirían vigentes, especialmente aquellas relacionada con la no proliferación nuclear. Irán quería que todas las sanciones de Naciones Unidas se eliminaran de inmediato.
Obama afronta el desafío de calmar a Israel, que ve al programa nuclear de Irán como una amenaza a su existencia y ha indicado previamente que podría atacar los sitios nucleares de la República Islámica si cree que Teherán busca construir una bomba atómica contraviniendo un eventual acuerdo final.