Por Shoon Naing
RANGÚN, 30 ene (Reuters) - El ejército de Myanmar afirmó el sábado que protegerá y acatará la Constitución y actuará de acuerdo con la ley, una medida que podría disipar los temores de que las fuerzas armadas intenten hacerse con el poder.
El comunicado se publicó un día después de que el secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, y las embajadas occidentales en Myanmar expresaran su grave preocupación por la posibilidad de una intervención del ejército birmano, un país gobernado por los militares durante 49 años tras un golpe de Estado ocurrido en 1962.
Las fuerzas armadas birmanas, conocidas por el nombre oficial de Tatmadaw, dijeron que las recientes declaraciones sobre la abolición de la Constitución de su comandante en jefe, Min Aung Hlaing, habían sido malinterpretadas.
"El Tatmadaw protege la Constitución de 2008 y actuará de acuerdo con la ley", afirmaron. "Algunas organizaciones y medios de comunicación asumieron lo que querían y escribieron que el Tatmadaw abolirá la Constitución".
El partido gobernante, la Liga Nacional para la Democracia (LND) de Aung San Suu Kyi, que ganó las elecciones de noviembre de forma aplastante, calificó la declaración de "explicación adecuada".
El portavoz de la LND, Myo Nyunt, dijo a Reuters que el partido desea que el ejército sea una organización "que acepta el deseo del pueblo en relación con las elecciones".
El analista Richard Horsey, afincado en Myanmar, afirmó que ahora parece improbable un golpe de Estado inminente.
"Parece que los militares de Myanmar han dado un paso atrás en su amenaza golpista", dijo en Twitter. "Cómo interpretar esto, y lo que significa para la estabilidad en el futuro, depende de los detalles entre bastidores que aún no están claros".
Las tensiones políticas se intensificaron esta semana cuando un portavoz militar se negó a descartar un golpe de Estado ante la convocatoria de un nuevo parlamento la próxima semana, y advirtió que las fuerzas armadas podrían "tomar medidas" si no se atendían sus quejas sobre el fraude electoral.
Esta situación dio lugar a manifestaciones a favor de los militares en varias ciudades importantes. El sábado, unas 200 personas marcharon por el distrito comercial de Rangún, enarbolando pancartas y gritando eslóganes en apoyo de los militares y contra la intervención extranjera en los asuntos internos del país.
La multitud, que caminaba a la sombra de la pagoda de Shwedagon, el centro budista más importante de Myanmar, pidió al Gobierno y a la comisión electoral que resuelvan las denuncias de fraude.
La comisión electoral de Myanmar rechazó el jueves las acusaciones de los militares sobre fraude en las votaciones, afirmando que no se detectaron errores lo suficientemente importantes como para afectar a la credibilidad de los comicios.
Las reiteradas acusaciones del ejército sobre irregularidades en las elecciones, en las que la LND obtuvo el 83% de los escaños, han provocado el enfrentamiento más directo hasta ahora entre el gobierno civil y los militares, que tienen un incómodo acuerdo de reparto de poder.
La Constitución reserva a los militares el 25% de los escaños del Parlamento y el control de tres ministerios clave de la Administración de Suu Kyi.
El líder militar Min Aung Hlaing acrecentó los temores golpistas cuando dijo el miércoles que la constitución debe ser derogada si no se cumple, recordando casos anteriores en los que se habían abolido cartas magnas en Myanmar.
En la declaración del sábado, los militares dijeron que sus comentarios estuvieron dirigidos a "hacerles entender la situación de la Constitución".
(Información de Shoon Naing; escrito por Martin Petty y Poppy McPherson; editado por William Mallard; traducido por Darío Fernández en la redacción de Gdansk)