MADRID (Reuters) - El fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce, renunció el jueves a su cargo, en una decisión que según la institución se debió a motivos personales, pero que asociaciones de jueces y partidos de oposición atribuyeron a presiones del Gobierno.
El Ministerio Fiscal anunció que Torres-Dulce, nombrado por el Ejecutivo del Partido Popular hace casi tres años, regresará a su plaza en la Fiscalía ante el Tribunal Constitucional.
"El Gobierno le agradece profundamente su eficacia y entrega en el fiel desempeño de sus funciones, en cuyo ejercicio ha velado siempre por la defensa de la legalidad y del orden constitucional, actuando con plena objetividad e independencia en el desempeño de sus cometidos", dijo el Ministerio de Justicia en un comunicado.
Perteneciente a la corriente conservadora, Torres-Dulce ha defendido reiteradamente una Fiscalía que actúe al margen de la política y la necesidad de una mejoría en las infraestructuras y los medios materiales y personales de la institución.
En las últimos semanas, Torres-Dulce ha tenido que enfrentarse al desacuerdo de los fiscales catalanes por su apoyo a la decisión de presentar una querella por la celebración de una consulta no autorizada en Cataluña el 9 de noviembre.
"Por motivos personales, pero son evidentes las tensiones que crean las presiones de un Gobierno que no respeta la independencia", dijo la asociación Jueces para la democracia en un mensaje en su cuenta de Twitter (@JpDemocracia).
Torres-Dulce convocó el mes pasado a la Junta de Fiscales después de la discrepancia planteada cuando los fiscales catalanes se negaron a querellarse contra el presidente de la Generalitat de Cataluña, Artur Mas, por no acatar el fallo del Tribunal Constitucional de suspender la consulta soberanista.
La cúpula de la Fiscalía General del Estado apoyó de forma mayoritaria la decisión del fiscal.
"La Fiscalía como institución en el caso de la querella contra el president y los consejeros de la Generalitat ha actuado dando prueba de su independencia y de su procedimiento participativo", dijo el ministro de Justicia, Rafael Catalá, en declaraciones a periodistas en los pasillos del Congreso.
DISCREPANCIAS
Los medios de comunicación se han hecho eco de diversas discrepancias de Torres-Dulce con algunas actuaciones del Gobierno como la reforma del Código Penal.
"El objetivo debe ser el de mantener al fiscal al margen de la contienda política y vincularlo a la lucha por la promoción de la justicia y al interés del servicio a la sociedad", dijo el exfiscal en abril de este año, durante la presentación del "Libro blanco del Ministerio Fiscal", en el que se hacía un balance de la situación de la institución.
"Partimos de la necesidad de evitar que el Ministerio Fiscal derive en una institución autista, exenta de auditorias", añadió entonces.
La principal formación de oposición, el Partido Socialista, hizo responsable de la dimisión al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y dijo que pedirá su comparecencia en el Congreso para dar explicaciones.
"El fiscal ha dimitido porque el Gobierno lo ha presionado", dijo el portavoz del Grupo Socialista en el Congreso, Antonio Hernando, en declaraciones a periodistas.
Torres-Dulce sustituyó en el cargo a Cándido Conde-Pumpido, que había sido designado por el Ejecutivo socialista en 2004 y con el que protagonizó varios enfrentamientos.
Anteriormente fue fiscal en el Tribunal Constitucional entre 1985 y 1996, cuando fue nombrado jefe de la Secretaría Técnica de la Fiscalía General del Estado.
También ha sido profesor de Derecho Penal en varias universidades.
Reconocido cinéfilo y crítico de cine, Torres-Dulce es también conocido por sus libros sobre el "western" "Armas, mujeres y relojes suizos" (2009) o el reciente "Jinetes en el cielo" (2011), así como por sus colaboraciones en programas como "Qué grande es el cine", dirigido por el cineasta José Luis Garci.
El Gobierno anunció el jueves su intención de proceder con la mayor rapidez al nombramiento del nuevo fiscal general del Estado.