Por Walter Bianchi y Maximiliano Rizzi
BUENOS AIRES (Reuters) - La presidenta de Argentina, Cristina Fernández, dijo que enviará esta semana al Congreso un proyecto para reformar los servicios de inteligencia, después de que funcionarios acusaran a ex espías de estar involucrados en la oscura muerte de un fiscal.
Hace una semana, la muerte de Alberto Nisman conmocionó a los argentinos. El fiscal estaba a cargo de la investigación de un trágico atentado contra la mutual judía AMIA en 1994, y días antes de su fallecimiento había acusado a Fernández de un complot para encubrir a los iraníes acusados del estallido que dejó 85 muertos en Buenos Aires.
Su trágico final, un día antes de reunirse con diputados para presentar detalles de su denuncia, despertó sospechas y también interrogantes sobre un aparato de espionaje estatal que para muchos especialistas opera con demasiada autonomía.
La propuesta de ley, que será enviada antes del fin de semana al parlamento, creará la nueva Agencia Federal de Inteligencia y busca "transparentar definitivamente un sistema que no ha sido de inteligencia (...) y no ha servido a los servicios nacionales", dijo el lunes la presidenta durante una cadena nacional de casi una hora.
"El proyecto presenta la disolución de la Secretaría de Inteligencia, una deuda que tiene la democracia", agregó sobre la propuesta que será discutida en sesiones legislativas extraordinarias a partir de febrero en el Congreso, dominado por el oficialismo.
Nisman fue hallado el domingo 18 de enero en el baño de su departamento con un disparo en la sien y un arma a su lado, justo horas antes de una reunión agendada con diputados para presentar detalles de su denuncia, que también involucra al canciller argentino, dos dirigentes políticos y un legislador.
El fiscal creía que hubo un fallido plan secreto entre Buenos Aires y Teherán para "desincriminar" a varios iraníes -sobre los que pesan alertas rojas de Interpol- a fin de restablecer los lazos diplomáticos y comerciales bilaterales.
Fernández volvió a desestimar el lunes las acusaciones de Nisman en su contra plasmada en 300 páginas que fueron difundidas la semana pasada. Las consideró "absurdas" y volvió a sembrar dudas de que fueran elaboradas por el propio fiscal.
"No hay un solo abogado, un solo doctrinario, un solo magistrado, que una vez que se conoció la denuncia que pueda creer que haya sido escrito por un abogado y mucho menos por un fiscal", dijo la presidenta.
El Gobierno cree que agentes de inteligencia que fueron despedidos hace poco y colaboraban con Nisman pudieron brindarle información falsa y haber instigado su muerte.
PRIMER IMPUTADO
La fiscal argentina que investiga la muerte de su colega Nisman imputó el lunes a un colaborador del fallecido funcionario por haberle dado el arma que acabó con su vida.
Diego Lagomarsino declaró ante la justicia que le prestó el arma a su jefe porque el propio Nisman se la había pedido para protegerse.
"(Lagomarsino) se encuentra imputado por facilitar el arma Bersa calibre 22 hallada en el departamento de Alberto Nisman", dijo en un comunicado de Viviana Fein, la fiscal del caso.
"La fiscal está evaluando las pruebas recolectadas y los testimonios para saber hasta dónde podría extenderse la imputación", añadió la nota de Fein.
El trágico final de Nisman es investigado bajo el rótulo de "muerte dudosa" y las autoridades han dicho que no se descarta ninguna de las tres hipótesis: suicidio, suicidio instigado o asesinato.
La fiscal Fein informó el fin de semana que la autopsia determinó que el arma fue disparada a una distancia inferior a un centímetro de la sien, lo que apoya la teoría del suicidio.
"Fue prácticamente apoyando el arma sobre el parietal derecho", dijo Fein al canal de noticias TN.
Pero todavía hay muchas dudas.
El secretario de Seguridad, Sergio Berni, ya ha comenzado a investigar a los oficiales de policía asignados para proteger a Nisman. El fiscal tenía una custodia personal compuesta por diez agentes de la policía federal.
"He pedido (...) un sumario administrativo para ver cómo se actuó, de qué manera se actuó y si la custodia actuó correctamente", dijo al final de la semana pasada Berni, a una radio local. "Quiero saber hora por hora cómo fueron los acontecimientos".
De acuerdo con medios locales, los dos agentes de seguridad que debían encontrarse con Nisman en la mañana del domingo de su muerte -y que ya declararon ante la fiscal Fein- dieron versiones contradictorias respecto de a qué hora subieron al departamento del fiscal ese día a tocarle el timbre.
Mientras tanto, Fein dijo el lunes que comenzó un "análisis profundo" sobre las imágenes de las cámaras de seguridad del edificio de Nisman, después de detectar "falencias" en los registros escritos de ingresos y egresos del lujoso complejo ubicado en el barrio de Puerto Madero.
El primero en alertar sobre un episodio en el departamento de Nisman fue el periodista Damian Pachter, que trabaja para el diario Buenos Aires Herald, a través de su cuenta de Twitter.
Pachter salió del país afirmando temer por su seguridad. El domingo aterrizó en la ciudad israelí de Tel Aviv, mostraron imágenes de Reuters.