Por Lin Taylor
LONDRES (Thomson Reuters Foundation) - El movimiento mundial para detener el acoso sexual hacia las mujeres provocará cambios pero no para todas, ya que las más pobres aún tienen miedo de denunciar abusos por miedo a ser culpadas y sufrir represalias, según una encuesta realizada a pie de calle y expertos en derechos de la mujer de los cinco continentes.
De cara al Día Internacional de la Mujer el 8 de marzo, la Fundación Thomson Reuters preguntó a personas en Reino Unido, Estados Unidos, Kenia, India y Brasil si el movimiento #MeToo que copaba los titulares era solo una agitación viral o significaba un cambio para las mujeres.
Algunas respondieron que ahora se sentían más seguras de hablar en contra de los abusos, pero otras temían las repercusiones y algunas dijeron que la campaña no había logrado ganar fuerza en su país.
El año pasado fue crucial para los derechos de las mujeres tras las acusaciones de conducta sexual inapropiada contra el magnate de Hollywood Harvey Weinstein, que desencadenaron la campaña #MeToo, así como la participación de mujeres en las redes sociales y en las calles para destacar experiencias de abuso.
Una de cada tres mujeres a nivel mundial ha sufrido violencia física o sexual, la mayoría por parte de alguien que conocen, afirma ONU Mujeres.
"[La campaña] ha hecho a la gente darse cuenta de que el acoso sexual ha sido una norma social y ahora la gente está reconociendo que no está bien", dijo Ruth McCabe, de 32 años, quien dirige una empresa en Londres para reducir el desperdicio de alimentos.
"Una campaña como esta saca a relucir el hecho de que cada segundo una mujer lo está sufriendo. Tanto si eres la directora ejecutiva de una compañía o una criada", dijo Suman Chhabria Addepalli, empresaria en Mumbai de 42 años.
Desde películas y parlamentos hasta empresas, las revelaciones de abuso sexual han causado conmoción en todo el mundo. Incluso el sector humanitario fue golpeado por los informes de que parte del personal de la organización benéfica Oxfam pagó por tener relaciones sexuales con prostitutas en Haití después del terremoto de 2010.
Una encuesta realizada por la Fundación Thomson Reuters en febrero reveló que más 120 empleados de en torno a 20 organizaciones benéficas importantes a nivel global fueron despedidos o perdieron sus empleos en 2017 por conducta sexual inapropiada.
""Creo que es un punto de inflexión para un cambio a largo plazo para las mujeres. Es hora de que nuestras voces se escuchen", dijo la alta ejecutiva asentada en Nueva York, Fabiana Mello.
NO SON TOMADAS EN SERIO
Pero no todas las mujeres sienten que pueden hablar en contra del abuso, dijo Jemima Olchawski de Fawcett Society, una organización por los derechos de las mujeres en Reino Unido.
"Siempre nos corresponde a nosotras vigilar las brechas, ¿quién no es parte de esta conversación? ¿De quién es la voz que no se escucha?" afirmó.
En algunas partes de África, América Latina y Asia, la campaña #MeToo ha tenido problemas para ganar impulso.