Por Anton Zverev y Andrew Osborn
MOSCÚ, 31 mar (Reuters) - El crítico del Kremlin encarcelado Alexei Navalny se puso en huelga de hambre el miércoles en un intento de obligar a la prisión que lo retiene, en las afueras de Moscú, a proporcionarle una atención médica adecuada.
El destino de Navalny, uno de los críticos más destacados del presidente Vladimir Putin, está en el punto de mira después de que dijera la semana pasada que ser despertado por un guardia cada hora durante la noche equivalía a tortura y que sus peticiones de tratamiento médico habían sido ignoradas.
En una carta escrita a mano dirigida al director de su prisión y publicada en las redes sociales por su equipo el miércoles, Navalny dijo que se habían ignorado sus peticiones diarias de que un médico de su elección lo examinara y de que le dieran la medicina adecuada.
"Realmente necesito un médico. Todo preso tiene derecho (por ley) a invitar a un especialista para que lo examine y lo consulte. Incluso yo tengo ese derecho y soy inocente", escribió Navalny en la carta.
"Exijo que se permita a un médico verme, y hasta que esto ocurra, me declaro en huelga de hambre".
La colonia penal correctiva IK-2, situada a 100 km (60 millas) al este de Moscú, no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios.
Las autoridades penitenciarias, tras examinar a Navalny la semana pasada, declararon que su estado era estable y satisfactorio. El Kremlin se ha negado a comentar su estado de salud, diciendo que es un asunto que compete al servicio penitenciario federal.
Navalny ha dicho que lo que empezó como un dolor de espalda agudo se extendió a su pierna derecha y luego a la izquierda. La única medicina que ha recibido han sido pastillas de ibuprofeno y crema, según ha dicho. Algunos miembros de un grupo local de vigilancia de presos le han acusado de fingir su estado.
"No quiero perder las dos piernas", escribió Navalny en la misma carta. "No sería justo. Todo el mundo tiene dos piernas y yo no tendría ninguna".
Navalny fue encarcelado el mes pasado durante dos años y medio por cargos que según él tienen una motivación política. Fue detenido cuando regresaba a Rusia desde Alemania en enero, donde había estado recuperándose de lo que, según médicos, fue un envenenamiento con un agente nervioso.
Occidente, incluido el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, ha exigido a Rusia la liberación de Navalny. Moscú, que ha puesto en duda su envenenamiento, ha calificado estos llamamientos de injerencia inaceptable en sus asuntos internos.
(Información de Anton Zverev, Vladimir Soldatkin y Polina Nikolskaya, editado por Nick Macfie, traducido por Tomás Cobos)