Por Frank Jack Daniel y Philip Pullella
COLOMBO (Reuters) - El papa Francisco canonizó el miércoles al primer santo de Sri Lanka, en una misa celebrada en Colombo, frente al mar, ante más de medio millón de personas.
Allí, calificó al misionero del siglo XVII Joseph Vaz como un modelo de reconciliación tras la reciente guerra civil sufrida por el país.
El Pontífice, que se mostró cansado el martes tras comenzar su viaje bajo un sol ardiente, parecía relajado junto a un hermoso fondo de olas, mientras contaba a la multitud que Vaz era un ejemplo de tolerancia religiosa relevante para la Sri Lanka de hoy día.
"San Joseph nos muestra la importancia de trascender las divisiones religiosas al servicio de la paz", dijo en su homilía, dedicada a una nación que se recupera aún de una larga guerra entre los cingaleses, de mayoría budista, y los tamiles hindúes.
Vaz, que fue capturado como supuesto espía tras entrar disfrazado en la isla tropical, nació en 1651 en la ciudad india de Goa, entonces una colonia portuguesa.
Viajó al sur a los 36 años, vestido como un mendigo, en un país dividido entonces entre reinos y colonias europeas, tras oír sobre la persecución de los católicos por los holandeses. Trabajó durante años bajo la protección de un rey budista.
El lunes, Francisco pidió al país de mayoría budista que descubra la verdad sobre su sangrienta guerra civil, que concluyó en 2009 cuando el Ejército aplastó a los rebeldes tamiles, dejando atrás decenas de miles de civiles muertos.
La visita de Francisco, la primera de un Papa en 20 años, se unió a la sensación de que se está abriendo un nuevo capítulo en la isla, cuyos habitantes sacaron del poder a los líderes de tiempos de la guerra en unas elecciones la semana pasada.
Francisco, que habló despacio en inglés, dijo que los cristianos deben seguir el ejemplo de Vaz para construir la paz, la justicia y la reconciliación.
Los católicos conforman cerca del 7 por ciento de los 20 millones de habitantes de Sri Lanka, mientras que los budistas representan diez veces más esa cifra.
"Necesitamos gente como él para asegurar la paz y la armonía en este país", dijo una mujer que se identificó como Fathima, que lucía un vestido tradicional musulmán, al referirse al Papa Francisco.
Cerca del 10 por ciento de la población es musulmana.
Antes, Francisco se bajó de su papamóvil para saludar a la gente, colocando sus manos sobre las cabezas de los niños.
Más tarde tenía previsto dirigirse en helicóptero a un santuario en el norte que fue bombardeado durante la guerra, para viajar a Filipinas el jueves como parte de una gira de una semana, en su segundo viaje a Asia para respaldar la presencia de la Iglesia en las naciones en desarrollo.