Por Tiemoko Diallo
BAMAKO (Reuters) - Los malienses votaron en las elecciones presidenciales de segunda vuelta del domingo, y vigente presidente Ibrahim Boubacar Keita espera derrotar al líder de la oposición pese al aumento de la violencia étnica durante su mandato.
La primera ronda del 29 de julio estuvo marcada por ataques armados y otros incidentes de seguridad en alrededor de una quinta parte de los centros de votación, así como por acusaciones de fraude por parte de la oposición.
Pero no se reportaron incidentes graves según avanzaba la votación. Los soldados realizaron cachearon a los votantes en la capital, Bamako, mientras esperaban para votar en fila bajo un cielo lluvioso.
Dramane Camara, de 31 años, fue el primero en votar en una mesa electoral en una escuela en la capital, Bamako.
"Voté sin problemas, vine a cumplir con mi deber como ciudadano", dijo Camara. "Espero que el nuevo presidente resuelva el problema del norte, que es lograr la paz. Porque el retorno de la paz significa el regreso de las ONG, los inversores, creación de empleo".
La caótica primera vuelta fue un recordatorio de que los militantes, algunos vinculados a Al Qaeda y al Estado Islámico, se han reagrupado desde que las tropas francesas intervinieron en 2013 para expulsarlos. Ahora están expandiendo su influencia a través del desierto del norte de Malí y hacia la fértil zona central.
Su presencia en la gran nación del oeste de África y su capacidad para extender la violencia a sus vecinos ha mantenido a Mali en el primer lugar de la lista de las preocupaciones de seguridad de las potencias occidentales. Francia, de la que Mali fue colonia, y Estados Unidos, han desplegado miles de tropas en toda la región.
Keita, de 73 años, pidió un día tranquilo e instó a la gente a no responder a ninguna provocación mientras votaba en Bamako el domingo por la mañana. "Prometo que hemos dejado atrás todas las dificultades que enfrentamos", dijo a los que lo apoyaban.
El gobierno ha incrementado la seguridad para la segunda vuelta, desplegando 6.000 soldados adicionales además de los 30.000 que ya están trabajando. La región de Mopti en el centro de Mali, donde se produjo la mayoría de los ataques en la primera ronda, es una preocupación particular.
Keita, que busca un segundo mandato de cinco años, obtuvo el 41 por ciento de los votos en la primera ronda del mes pasado contra casi el 18 por ciento de Soumalia Cisse, de 68 años, ex ministro de Finanzas y principal líder de la oposición.
Cisse, que perdió contra Keita antes en una segunda vuelta pacífica de 2013, posteriormente acusó al gobierno de Keita de fraude electoral, pero el tribunal constitucional confirmó el resultado.
Cisse culpa a Keita del aumento de la violencia y acusa a su gobierno de corrupción desenfrenada. Malilink, sitio web de la sociedad civil, registró 932 ataques militantes en la primera mitad de 2018, casi el doble que en todo 2017.
Los yihadistas también están avivando el conflicto entre las comunidades. Los asesinatos entre distintas etnias han cobrado cientos de vidas civiles este año, incluyendo al menos 11 la semana pasada en la región de Mopti.
PROTESTAS DE LA OPOSICIÓN
La mejor actuación de Keita en la primera ronda y el hecho de que Cisse no haya ganado el respaldo de los que finalizaron en tercer y cuarto lugar son un buen presagio para el actual líder.
En su discurso final en la capital, Bamako, el viernes, Keita, conocido como IBK, adoptó un tono confiado.
"Algunas personas se mostraron escépticas de que pudieran celebrarse estas elecciones. Algunos me pidieron que me retirara", dijo por encima del estruendo de las vuvuzelas de sus seguidores. "Hagámoles entender que tenemos la capacidad de organizar elecciones creíbles y que lo hemos hecho".
El sábado por la noche, unos 100 simpatizantes de la oposición se manifestaron en la Plaza de la Libertad de Bamako para quejarse sobre el resultado de la primera vuelta. Cantando "No al fraude electoral" y pidiendo transparencia en la segunda vuelta, dijeron que hubo muchas trampas en la primera votación.
Las tropas armadas vigilaron la protesta pero no intervinieron.
A pesar de la amenaza militante, las elecciones en Mali en general han transcurrido pacíficamente sin la violencia postelectoral que suele producirse en muchos países de la región.
Fatoumata Cissé, una maestra de 38 años, dijo: "Yo voté, no hay problema. Yo voté IBK. Él tiene un balance positivo especialmente para nosotros, nuestras condiciones de vida han mejorado. Espero que continúe mejorando las condiciones de trabajadores."