Por Ahmed Rasheed
BAGDAD (Reuters) - El primer ministro iraquí, Haider al Abadi, obtuvo el domingo el respaldo de su gabinete para eliminar una serie de altos cargos del gobierno, parte de un esfuerzo por reducir la corrupción y ahorrar dinero de cara a un creciente malestar.
Después de semanas de protestas exigiendo un mejor gobierno y un llamamiento del importante clérigo chií gran ayatolá Ali al Sistani para adoptar medidas más contundentes, Abadi propuso cancelar varios cargos de vicepresidente y viceprimer ministro, que actualmente se asignan según criterios sectarios.
Irak tiene tres vicepresidentes, dos chiíes y uno suní, y tres viceprimeros ministros, uno chií, uno suní y uno kurdo. Los críticos dicen que el sistema entrega cargos de alto nivel a candidatos no cualificados y alienta la corrupción.
La creciente molestia pública por el estado de la política, expresada en protestas en Bagdad y varias ciudades del sur, podría interferir con los esfuerzos de Abadi por obtener apoyo en la lucha para expulsar a los extremistas del Estado Islámico de los territorios del norte y occidente del país.
El vicepresidente Nuri al Maliki, que renunció como primer ministro en agosto después de ocho años de un gobierno que sus críticos dicen que exacerbó las divisiones étnicas, apoyó la propuesta.
"Reitero mi posición en respaldo a las reformas requeridas por el proceso político y orientadas por la autoridad religiosa suprema (Sistani) al primer ministro", escribió Maliki en la red social Twitter (NYSE:TWTR).
Maliki sigue siendo una importante fuerza política, con una red de comandantes leales en las fuerzas armadas y las milicias chiíes.
Otro vicepresidente, Osama al Nuyaifi, también expresó su respaldo.
Además de eliminar cargos de alto rango, Abadi pidió el fin de las cuotas sectarias y de partidos en los cargos del gobierno, la reapertura de las investigaciones por corrupción y la reasignación del personal de seguridad de los funcionarios a los ministerios de Defensa e Interior. Las propuestas deben ser aprobadas por el Parlamento.
Abadi, un chií moderado que ha buscado la reconciliación entre chiíes y suníes, se ha enfrentado problemas para conseguir un amplio respaldo político para una reforma significativa.
En su sermón el viernes, Sistani instó a Abadi a "golpear con puño de hierro" a la corrupción y realizar los nombramientos basándose en la capacidad más que en la pertenencia a un partido o una secta.