Por Blanca Rodríguez
MADRID (Reuters) - El PSOE optó el lunes por ignorar las presiones de su dimitido líder Pedro Sánchez para convocar cuanto antes primarias y un congreso para elegir a un nuevo secretario general, pidiendo un tiempo de reflexión para renovar no sólo el liderazgo de los socialistas, sino también el proyecto del fracturado partido.
Tras una entrevista en La Sexta en la que Sánchez criticó a la dirección provisional del PSOE, denunció presiones para frenar un Gobierno liderado por él y abogó por girar a la izquierda acercándose a Podemos, desde el partido se evitó polemizar con sus declaraciones, pero se mandó un mensaje de que no hay prisa para el congreso.
"Nos tenemos que tomar un tiempo razonable antes de celebrar el congreso porque hay que redefinir algunas de nuestras ideas", dijo el lunes el diputado socialista Ignacio Urquizu en declaraciones en la cadena de televisión Cuatro, en las que habló de un plazo de "meses" más que de "semanas".
De forma parecida se pronunció Javier Fernández, presidente de la gestora que se constituyó el pasado 1 de octubre tras la dimisión de Sánchez con la misión de liderar al partido hasta un congreso aún sin fecha.
"No pretendo eternizarme, pero debo proponer un calendario político razonable para permitir al PSOE un tiempo de reflexión que no hemos tenido", dijo Fernández citado por el diario El País.
Cualquier retraso en la celebración del congreso jugará previsiblemente en contra de las aspiraciones de Sánchez, que fuera ya de la dirección del PSOE y del Congreso podría ver mermadas sus posibilidades de alargar durante mucho tiempo su impulso político como abanderado del "no es no" a Mariano Rajoy.
El propio Sánchez acusó el domingo por la noche en La Sexta a la gestora de ponerle en una posición imposible para "quitarme cualquier tipo de plataforma o recurso" de forma que en las futuras primarias esté en posición de debilidad contra "los aparatos, que lógicamente van a actuar a favor de otras candidaturas".
La entrevista de Sánchez, en la que se declaró con "ganas, voluntad y fuerza" para volver a ser líder socialista, se realizó un día después de que renunciara a su escaño en el Congreso de los Diputados para no acatar la abstención de su partido ante la investidura de Rajoy como presidente del Gobierno.
Sus declaraciones, en las que defendió que Cataluña es una nación y dijo que se había equivocado por tachar a Podemos de populistas, fueron recibidas con malestar en un PSOE fracturado que ha ido perdiendo apoyos ante la pujanza del emergente partido antiausteridad.
"Cualquier socialista que quiera al PSOE no echaría más gasolina, Pedro se está equivocando", dijo el lunes en Antena 3 el diputado socialista Juan Luis Gordo.
Otro diputado socialista, el expresidente de Castilla-La Mancha José María Barreda, consideró que Sánchez tenía pocas posibilidades de volver a liderar el PSOE, al responsabilizarle de "varios resultados electorales muy malos".
"Sánchez se puso heroico y no hizo ninguna autocrítica", dijo Barreda en Onda Cero, criticando que no hubiera "conducido a la organización por la senda de la unidad".