Por Blanca Rodríguez
MADRID (Reuters) - Las incógnitas que existen sobre la composición de la nueva Mesa del Congreso de los Diputados, a menos de 24 horas de su constitución, demuestran lo inmadura que está aún la negociación para elegir al próximo presidente del Gobierno español, más de tres semanas después de las elecciones.
El partido antiausteridad Podemos elevó el martes la presión sobre los socialistas y condicionó cualquier futuro diálogo para facilitar un Gobierno alternativo al de Mariano Rajoy a que éstos den el visto bueno a que sus diputados se repartan en cuatro grupos parlamentarios diferentes.
"Eso es necesario para que pueda continuar un diálogo (con los socialistas) para hacer frente a la continuidad del PP en el Gobierno de España", dijo Iglesias en rueda de prensa, exigiendo que se reconozcan como grupos diferenciados a Podemos y a las candidaturas de unidad que concurrieron en Galicia, Cataluña y Valencia.
La Mesa del Congreso es un órgano clave para gestionar la actividad legislativa y, ante un escenario de gran fragmentación política, adquirirá previsiblemente un mayor protagonismo, al tener que interpretar con más o menos flexibilidad el reglamento de la Cámara.
Podemos se mostró abierto a negociar las subvenciones y tiempos de intervención de los diferentes grupos parlamentarios, aunque fue implacable a la hora de exigir al Partido Socialista Obrero Español (PSOE) que demuestre cediendo en este campo que no prefiere pactar con Ciudadanos (C's) y Partido Popular (PP).
Hasta ahora, sólo el PSOE, con 90 diputados, ha presentado un candidato para ocupar la presidencia del Congreso, mientras que el PP de Rajoy, con 123 escaños, esperará incluso hasta esta tarde para hacerlo tras una reunión de su junta directiva nacional.
PATXI LÓPEZ, PREVISIBLE PRESIDENTE DEL CONGRESO
Los socialistas, que han rechazado una hipotética gran coalición que facilitaría la reelección de Rajoy, confían en que la falta de apoyos a cualquier candidato que presente el PP acabe colocando el miércoles al socialista vasco Patxi López como presidente del Congreso.
C's y PP han rechazado de plano la pretensión de Podemos, que suma 69 diputados, de crear grupos parlamentarios diferentes, mientras que el líder socialista dijo este mismo martes que consideraba que esta propuesta desvirtuaba el Congreso y recordó que es el Senado donde se debaten las políticas territoriales.
El reglamento estipula que los diputados que pertenezcan al mismo partido no pueden formar dos grupos parlamentarios, aunque la Mesa tiene margen de maniobra para interpretar dicho documento.
C's, cuarto partido con mayor representación en la Cámara con 40 escaños, quiere que la presidencia del Congreso la ocupe alguien de color político diferente al del jefe del Gobierno, para que se visualice la separación del poder ejecutivo del legislativo, lo que daría provisionalidad al cargo a la espera de conocer al futuro presidente del Ejecutivo.
El líder de C's, Albert Rivera, ha insistido en la necesidad de que haya un compromiso de todos los partidos para elegir al presidente de la Cámara, la tercera autoridad del Estado, y quiere que sea un estadista con mano izquierda para el diálogo.
Si finalmente se llega a la votación de la Mesa del Congreso sin acuerdos, el sistema de elección de sus 9 miembros –presidente, cuatro vicepresidentes y cuatro secretarios- llevaría previsiblemente a la pérdida del control de la Cámara por parte del PP.
El sistema de votación favorecería el nombramiento de Patxi López como presidente, y aseguraría en principio al PP una vicepresidencia y secretaría, otros dos cargos al PSOE, dos a Podemos y dos a Ciudadanos.
La nueva Mesa deberá decidir entre otros aspectos los límites legislativos de la Cámara con un Gobierno del PP en funciones, que podría ver dificultado su trabajo si está dominada por la oposición a Rajoy.