Por Kate Holton y Michael Holden
LONDRES, 17 sep (Reuters) -El rey Carlos de Inglaterra estrechó la mano y habló el sábado con algunas personas que permanecieron horas en una fila en el centro de Londres para pasar junto al féretro de su madre, la reina Isabel, tras agradecer a los trabajadores de emergencias que están ayudando a organizar el funeral de la difunta monarca.
Entre vítores y gritos de "Dios salve al Rey", Carlos caminó junto a una parte de la fila que esperaba ver el féretro de Isabel, preguntando a quienes esperaban cuánto tiempo llevaban allí y si estaban lo suficientemente abrigados.
Su hijo y heredero, el príncipe Guillermo, también habló con la multitud que quería honrar a la reina.
"No se creería todo esto, de verdad que no se lo creería", se oyó decir a Guillermo a un hombre sobre la difunta monarca, que murió el 8 de septiembre a los 96 años. "Es increíble".
Una mujer le dijo a Carlos que había "valido la pena la espera" y otros le desearon lo mejor cuando preguntó cuánto tiempo llevaban allí de pie.
La gente sigue acudiendo al centro de Londres, sumándose a los cientos de miles de personas que ya han pasado junto al féretro en una solemne corriente, para presentar sus respetos a la monarca que más tiempo ha reinado en el Reino Unido, un testimonio del afecto que se le tenía.
Con los preparativos para el funeral de Isabel del lunes bien encaminados, el rey visitó la sede de la policía para agradecer a los trabajadores de los servicios de emergencia que participan en la planificación.
La policía londinense dijo el viernes que el funeral sería la mayor operación de seguridad que jamás haya llevado a cabo al reunirse primeros ministros, presidentes y miembros de la realeza.
La fuerza dijo que un hombre había sido arrestado después de que un testigo dijera a Sky News que "corrió hacia el ataúd de la reina". Las imágenes mostraron a un hombre que fue inmovilizado en el suelo por agentes.
ENORMES FILAS
A las 1300 GMT, el Ministerio de Cultura británico dijo que el tiempo de espera para llegar al histórico Westminster Hall, donde yace el cuerpo de Isabel, era de más de 16 horas.
En la silenciosa sala, algunas personas lloraban y muchos tenían lágrimas en los ojos mientras soldados en servicio y veteranos saludaban a su antigua comandante en jefe. Otros caían de rodillas.
El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, y su par australiano, Anthony Albanese, fueron algunos de los dignatarios que presentaron sus respetos.
La muerte de la reina en su finca de verano en Escocia ha provocado una avalancha de emociones en todo el país y 10 días de eventos en su honor.
Tras permanecer 24 horas en la capital escocesa, el féretro fue trasladado en avión al sur de Londres, donde decenas de miles de personas se agolparon en una carretera normalmente concurrida, bajo una lluvia torrencial, para observar cómo el féretro, envuelto en una bandera, era conducido al Palacio de Buckingham.
El viernes por la noche, Carlos se unió a sus tres hermanos, la princesa Ana y los príncipes Andrés y Eduardo, en una vigilia silenciosa junto al ataúd. Los hijos de la reina han descrito estar abrumados por la reacción a la muerte de Isabel.
El funeral de Estado, al que asistirán cerca de 100 presidentes y jefes de Gobierno, incluidos los de Estados Unidos, Francia, Australia, Japón, Jamaica y Canadá, será probablemente uno de los mayores actos ceremoniales jamás celebrados en Reino Unido.
Los soldados participaron en ensayos a primera hora de la mañana en Windsor, adonde será conducido el féretro de la reina tras el funeral en la Abadía de Westminster. Bandas de música y Guardias de Granaderos, que llevan un sombrero alto de piel de oso en las ceremonias, fueron vistos marchando por la calle principal en preparación para el evento.
(Información adicional de Sachin Ravikumar y Elizabeth Piper. Editado en español por Javier Leira)