Por Dan Williams
JERUSALÉN, 3 ene (Reuters) -El nuevo ministro de Seguridad Nacional de Israel, el ultraderechista Itamar Ben-Gvir, visitó brevemente el martes el recinto de la mezquita de Al-Aqsa en Jerusalén, un lugar también venerado por los judíos, lo que provocó una feroz condena por parte de los palestinos y varios países árabes.
"El Monte del Templo está abierto a todos", dijo Ben-Gvir en Twitter (NYSE:TWTR), utilizando el nombre judío del lugar. Un video le mostró paseando por la periferia del recinto, rodeado de un fuerte dispositivo de seguridad y flanqueado por otro judío ortodoxo.
Un funcionario israelí dijo que la visita de 15 minutos de Ben-Gvir, un miembro de alto rango del gabinete nacionalista-religioso del primer ministro Benjamin Netanyahu, cumplió con el llamado acuerdo de status-quo que data de décadas y que permite a los no musulmanes visitar el lugar a condición de que no recen. No se acercó a la mezquita.
Aunque la visita transcurrió sin incidentes, podría avivar las tensiones con los palestinos, que se han disparado tras el recrudecimiento de la violencia el año pasado en la Cisjordania ocupada.
El primer ministro palestino, Mohammad Shtayyeh, pidió a los palestinos que "hicieran frente a las incursiones en la mezquita de Al Aqsa". Acusó a Ben-Gvir de organizar la visita como parte de un intento de convertir el santuario "en un templo judío".
Israel niega tener tales intenciones. Ben-Gvir abogó en su día por poner fin a la prohibición de las oraciones judías en el lugar, pero desde que se alineó con Netanyahu se ha mostrado más evasivo al respecto. Otros miembros de su partido, el Poder Judío, siguen defendiendo esa medida.
El ascenso de Ben-Gvir en el gobierno de Netanyahu, uno de los más derechistas de la historia de Israel, ha acentuado el enfado de los palestinos por el fracaso de sus esfuerzos por conseguir un Estado.
Horas antes de la visita, las tropas israelíes mataron a tiros a un adolescente palestino en un enfrentamiento en la cercana Belén, informaron funcionarios médicos y testigos, el último de un creciente número de muertos en Cisjordania. El Ejército israelí dijo que las tropas dispararon contra palestinos que les lanzaron explosivos improvisados, piedras y bombas incendiarias.
Un portavoz de Hamás, grupo islamista palestino que rechaza la coexistencia con Israel y que controla Gaza, se refirió a la visita de Ben-Gvir: "La continuación de este comportamiento acercará a todas las partes a un gran enfrentamiento".
SOMBRÍO PANORAMA
Al Aqsa es un símbolo de las esperanzas palestinas de conseguir un Estado, un objetivo que parece cada vez más sombrío con Ben-Gvir y otros aliados de extrema derecha ahora en el gobierno de Netanyahu.
El embajador de Estados Unidos en Israel, Thomas Nides, "ha sido muy claro en sus conversaciones con el gobierno israelí sobre la cuestión de preservar el statu quo en los lugares santos de Jerusalén", dijo la embajada en un comunicado, añadiendo que "las acciones que lo impidan son inaceptables", sin dar más detalles.
Jordania, custodio de Al Aqsa y cuyo acuerdo de paz con Israel es impopular en su país, criticó la visita, afirmando que había violado el derecho internacional y "el statu quo histórico y legal de Jerusalén".
Egipto y Emiratos Árabes Unidos, que son de los pocos Estados árabes que han reconocido a Israel, también condenaron la visita. Arabia Saudita, con la que Netanyahu quiere forjar un acuerdo de paz, también criticó la acción de Ben Gvir.
El complejo de Al Aqsa, conocido por los musulmanes como el Noble Santuario, es el tercer lugar más sagrado del Islam. También es el lugar más sagrado del judaísmo, vestigio de dos antiguos templos.
El martes, los judíos rabínicos ayunaron para conmemorar un asedio babilónico al primero de esos templos, en el siglo VI antes de Cristo.
Ben-Gvir supervisa a la policía israelí, encargada oficialmente de hacer cumplir la prohibición a las oraciones judías en el recinto.
Israel considera que toda Jerusalén es su capital indivisible, un estatus no reconocido internacionalmente. Los palestinos quieren Jerusalén Este, donde se encuentra el complejo, como capital de un futuro Estado que abarque también Cisjordania y la Franja de Gaza.
"Si Hamás cree que puede disuadirme con amenazas, debería entender que los tiempos han cambiado", dijo Ben-Gvir en Twitter. "¡Hay un gobierno en Jerusalén!".
Netanyahu, ahora en su sexto mandato como primer ministro, ha prometido preservar el "statu quo" en torno a los lugares santos. Ben-Gvir dijo el martes que se mantendría la "libertad de movimiento" en el recinto de Jerusalén, sin ninguna mención a la libertad de culto.
(Reporte adicional de Ali Sawafta, Nidal al-Mughrabi, Ari Rabinovitch y Suleiman al-Khalidi; editado en español por Tomás Cobos y Ricardo Figueroa)