MELBOURNE (Reuters) - El veterano guerrero de las pistas Lleyton Hewitt puso fin a una semana turbulenta para el tenis australiano liderando a su equipo a las semifinales de la Copa Davis el domingo, con una victoria en el duelo final individual ante Kazajistán.
Australia jugará ahora ante el vencedor del choque entre Reino Unido y Francia por un puesto en la que sería su primera final desde 2003, después de que el antiguo número uno del mundo derrotase a Aleksandr Nedovyesov por 7-6(2), 6-2 y 6-3 bajo el sol de Darwin.
Cuando a Nedovyesov se le marchó una bola más allá de la línea de fondo para poner fin al encuentro, Hewitt se desplomó sobre el césped entre los ensordecedores aplausos del público local, antes de que sus compañeros llegasen a felicitarle.
"Me encantan las situaciones en las que estás entre la espada y la pared. Así es como estábamos después del primer día", dijo el dos veces ganador de un Grand Slam en una entrevista a pie de pista.
"Tuvimos que unirnos y encontrar una forma de ganar".
"Siempre he dicho que algunas de mis mayores victorias han sido en la Copa Davis, y algunas de mis mayores derrotas también han sido en Copa Davis, así que voy a disfrutar de esto".
"Esto es de lo que están hechos los sueños", agregó.
El triunfo de Hewitt completó una remontada muy difícil para Australia, que llegó a estar 2-0 abajo después del primer día, cuando los dos jóvenes Nick Kyrgios y Thanasi Kokkinakis, apodados "Los Special Ks" en Australia, perdieron sus respectivos partidos individuales.
El tenista australiano con mejor posición en el ránking, Bernard Tomic, no estuvo presente, ya que fue expulsado del equipo tras unas declaraciones contra la federación de tenis de su país en Wimbledon.
Hewitt se retirará tras el próximo Open de Australia en enero, de forma que meter a su equipo en semifinales por primera vez desde 2006 será un momento precioso para un jugador que se ha debido a su país desde que debutó en el torneo en 1999.
La victoria también será un triunfo para el capitán del equipo, Wally Masur, y para Sam Groth, que demostró ser el héroe más inesperado de la serie.
El tenista, número 68 en el ránking, se impuso junto a Hewitt en el duelo de dobles y volvió el domingo para vencer a Mikhail Kukushkin por 6-3, 7-6(4), 4-6 y 7-6(6).
La decisión de Masur de escogerle a él en lugar de Kyrgios demostró ser un golpe maestro cuando el jugador de 27 años dejó el terreno abonado para la épica final de Hewitt.