Por Cassandra Garrison
EL AGUACATE, Guatemala, 12 oct (Reuters) - Unas pocas tortillas y medio plato de frijoles recalentados fue todo lo que María Concepción Rodríguez tuvo para alimentar a sus seis hijos, un día de agosto, en un aislado pueblo guatemalteco.
Sólo su bebé de tres meses, amamantado, tiene una altura acorde a su edad. Los demás niños están atrofiados por la desnutrición y parecen mucho menores para su edad.
Juan Carlos, el cuarto de sus hijos, mide solo 95 centímetros a sus cinco años. Según estándares de la Organización Mundial de la Salud (OMS) es demasiado bajo para su edad o está atrofiado.
En 2022, el 44% de los niños en Guatemala se encontraban fuera del rango normal de altura para la edad, según UNICEF.
Cuando se acaba la comida, Rodríguez, de 30 años, pregunta a los vecinos qué les sobra. "Si no tiene la otra persona, pues nos quedamos sin comer", dijo, hablando en lengua maya achí. Al igual que ella, decenas de familias en el apartado pueblo El Aguacate no tienen lo suficiente en sus platos.
Para un ensayo fotográfico, haga clic aquí
La tasa de retraso del crecimiento de Guatemala es la más alta de América Latina, según datos de UNICEF. Es más del doble que la del segundo más alto de la región, Ecuador. A nivel mundial, sólo siete países tienen niveles más altos que Guatemala, que se considera un país de ingresos medianos altos.
Hasta una cuarta parte de la población de Guatemala -de unos 4,6 millones de personas- sufrió escasez de alimentos durante el año pasado, la tasa más alta desde que un sistema llamado Clasificación Integrada de las Fases de la Seguridad Alimentaria (IPC, por sus siglas en inglés), que genera datos para la ONU, comenzó a hacer proyecciones para todo ese país en 2018.
La crisis ha coincidido con un empeoramiento de los extremos de precipitaciones y temperaturas, las consecuencias de la pandemia de COVID-19 y un período de inestabilidad política marcado por la lucha contra la corrupción.
Los eventos climatológicos extremos hacen eco de las predicciones del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la ONU sobre la intensificación de la sequía y su impacto en la agricultura y la seguridad alimentaria en una región denominada el Corredor Seco en Centroamérica.
Durante la última década, los países de esa franja de territorio que atraviesa Costa Rica, Nicaragua, Honduras, El Salvador y Guatemala se han visto afectados por sequías más prolongadas e intensas, así como por una serie de huracanes, que han causado daños generalizados a los cultivos.
En un viaje a las regiones guatemaltecas de Alta Verapaz y Baja Verapaz, Reuters se reunió con 10 familias paralizadas por la inseguridad alimentaria, los daños a las cosechas y las grandes deudas derivadas de los intentos de migración. Todas dijeron que habían notado menos lluvia en los últimos años. Al menos 20 niños vistos por Reuters padecían desnutrición grave.
Guatemala tiene una economía agrícola que depende del café, el azúcar, el maíz y los frijoles. Se extiende a ambos lados del Corredor Seco.
Los eventos climáticos extremos que se viven en el Corredor Seco, que la ONU considera altamente vulnerable a los episodios climáticos, están en línea con las predicciones de los científicos.
El hambre se ha extendido rápidamente en Guatemala durante los últimos diez años, según proyecciones generadas por la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).
Se sospecha que al menos 127 muertes de niños pequeños estuvieron relacionadas con el hambre en los primeros nueve meses del año, frente a 96 en el mismo período del año pasado, según datos del gobierno guatemalteco.
Existe un consenso cada vez mayor de que los daños a las cosechas causados por el cambio climático se encuentran entre las razones complejas de la escasez de alimentos y las decisiones migratorias en Guatemala, una opinión respaldada por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), una docena de expertos consultados para este artículo y el Departamento de Estado de Estados Unidos en una declaración a Reuters.
"Está peor que nunca, la gente en el campo se muere de hambre", dijo Donald J. Planty, exembajador de Estados Unidos en Guatemala que ahora dirige una empresa de consultoría que trabaja en América Latina. Planty dijo que Estados Unidos está "recién despertando" al impacto del clima en el hambre y la migración en Centroamérica.
Un funcionario del Departamento de Estado de Estados Unidos dijo que, junto con otros factores, "los impactos cada vez más severos del cambio climático pueden servir como un poderoso determinante en las decisiones de abandonar los hogares rurales en busca de una vida mejor", y que Washington intensifica sus esfuerzos para generar resiliencia al cambio climático en Centroamérica.
El Ministerio de Salud de Guatemala dijo que el cambio climático, la guerra de Rusia en Ucrania, la inflación y el COVID amenazan la seguridad alimentaria en Guatemala y otros países.
En un comunicado a Reuters, el ministerio destacó que las proyecciones del Índice de Precios al Consumidor (IPC) para finales de 2023 mostraron una ligera mejora respecto a hace un año. Siguen siendo peores que en años anteriores.
El presidente saliente, el médico Alejandro Giammattei, lanzó un plan nacional de nutrición en 2020.
En una entrevista, el presidente electo Bernardo Arévalo, que asumirá el cargo en enero, dijo que el hambre y la migración están estrechamente vinculados. Para abordarlos, su gobierno invertirá para contrarrestar la "marginación histórica de poblaciones indígenas", dijo.
"ME PREOCUPO MUCHO"
En una clínica de nutrición en San Cristóbal, Alta Verapaz, los funcionarios tratan diariamente casos graves. La región tiene la mayor morbilidad y mortalidad por desnutrición aguda del país.
Un niño con parálisis cerebral lloraba en brazos de su madre. Sólo puede ingerir líquidos porque no puede masticar. Aunque se retorcía estaba mayormente callado mientras una enfermera lo posaba en una báscula digital. A los dos años, pesa menos de 7,6 kilos, el promedio para un bebé de seis meses.
"Me preocupo demasiado (...) el niño no recupera peso", dijo su madre Imelda Pa Xol. "Puedo ver que no está aumentando de peso". Luego, la enfermera estiró sus piernas para medirlo. Incómodo, comenzó a llorar. Mide 75 centímetros y está muy atrofiado. La estatura promedio para su edad es de unos 87 centímetros.
En todo el país, los casos de desnutrición grave entre niños menores de cinco años aumentaron en más de un tercio a casi 21.400 en septiembre, en comparación con el mismo período del año anterior, según datos del Gobierno guatemalteco.
"Este ha sido, lastimosamente, el año más crítico", dijo la nutricionista Sinthia Perdomo mientras cuidaba a niños atrofiados por el hambre. "Tristemente, algunos de ellos fallecen".
LOS MUCHACHOS QUIEREN IRSE
Ante la mala cosecha, Fidel Eduardo López, de 53 años, ha tratado de migrar ilegalmente a Estados Unidos.
Él y su esposa han notado que las precipitaciones se vuelven más impredecibles con el paso de los años en su pueblo agrícola de Las Tunas. El rendimiento de su primera tanda de maíz de este año fue una cuarta parte de lo que debería ser.
López calcula que podría pagar deudas y mantener a sus hijos con sólo un día de salario enviado desde Estados Unidos cada semana. "A partir de que uno llega a Estados Unidos, las cosas en el momento cambian", dijo.
El número de guatemaltecos que llegaron a la frontera con Estados Unidos se quintuplicó entre 2020 y 2022. Las llegadas fueron 233.000 en 2022, cerca de niveles récord, según datos de Estados Unidos.
En un estudio publicado en 2021, científicos descubrieron que la sequía centroamericana entre 2015 y 2019 probablemente fue cuatro veces más probable debido al cambio climático causado por el hombre.
Los científicos aún no han llegado a un consenso sobre el impacto humano exacto, según Talia Anderson, de la Universidad de Arizona, quien realizó una investigación de campo en Guatemala. Independientemente de las causas, el Corredor Seco es un punto crítico mundial para la sequía futura, afirmó.
La evaluación más reciente realizada por la agencia de ciencia climática de la ONU en 2021 proyectó un impacto cada vez mayor en los medios de vida rurales y la seguridad alimentaria en el Corredor Seco, particularmente para los pequeños y medianos agricultores y los pueblos indígenas.
Se prevé que las sequías a escala estacional se prolongarán, intensificarán y aumentarán en frecuencia, afirmó.
Hablando junto a la principal fuente de agua de El Aguacate, un lecho rocoso de un río con sólo unos pocos centímetros de agua en el centro, Rubén Jordán, un trabajador humanitario de Care International, dijo que el sistema de producción local se pierde totalmente debido a intervalos de hasta 25 días sin lluvia.
"Este año, con la sequía, ya perdimos la primera siembra", dijo Juan Olmino, de 73 años, un agricultor del pueblo que cultiva maíz, frijoles y otras hortalizas. "La mayoría de los muchachos aquí sí querían salir (irse)".
Pero Rodríguez y su marido son demasiado pobres para siquiera considerar la migración. Enciende un fuego, la única forma de cocinar en su casa, donde no tiene agua corriente ni electricidad.
El humo llena su hogar de adobe con piso de tierra, donde la familia comparte algunas hamacas para dormir. Calienta los frijoles sobrantes y prepara las tortillas.
(Reporte adicional de Sofia Menchu, Herbert Villarraga y Pilar Olivares; Editado en español por Ana Isabel Martínez)