Por Sarah White
MADRID (Reuters) - En el invierno de 1965, casi 50 años después de la revolución rusa, cientos de bolcheviques se manifiestan frente a un ejército a caballo en las madrileñas calles de Canillas.
Hollywood había llegado a la capital española para impulsar la economía local con un elaborado y complejo set de rodaje para Doctor Zhivago, una producción que empleó a centenares de extras, transportistas, camareros o personal de asistencia.
El soleado país, visitado por personajes fílmicos que van desde James Bond o Indiana Jones a Lawrence de Arabia o los personajes clásicos de los western de Sergio Leone, quiere recuperar este negocio y volver a atraer a los cineastas extranjeros.
"Muchas familias aquí no se podan permitir ni siquiera al más pequeño de los lujos", explica Rosa Jaén, de 65 años, que de niña fue testigo del rodaje de Zhivago y pudo ver de cerca la réplica del Kremlin. "Gracias a Moscú, muchos fueron capaces de viajar a la playa en Benidorm, o comprarse una nevera."
España quiere equipararse a otros países, como Estados Unidos o Canadá, instaurando incentivos fiscales para películas de cine y animación, con la esperanza de estimular una economía que está creciendo después de una crisis profunda, pero que carece de diversidad.
Excesivamente dependiente durante años del turismo y la construcción para impulsar el empleo - dos áreas que aportaron más del 30 por ciento del PIB antes del estallido de la burbuja inmobiliaria en 2008 - España todavía está luchando para encontrar nuevas vías que impulsen la recuperación tras registrar la peor recesión de la democracia.
Los incentivos al cine son sólo un pequeño empujón en esa dirección después de una ola de recortes de gastos aplicados por el gobierno de centro-derecha que, a pesar de ser reconocido por llevar a cabo importantes reformas económicas, ha hecho muy poco para fomentar nuevas industrias en un país que necesita desesperadamente reducir una tasa de desempleo del 22 por ciento.
Con elecciones a la vista el próximo 20 de diciembre, el gobierno del PP introdujo rebajas fiscales para reactivar la industria del cine a principios de año y, aunque el movimiento fue considerado como positivo, todavía tendrá que mostrar su verdadera eficacia en marcar una diferencia sustancial.
España está ofreciendo una deducción del 15 por ciento en los costes de producción de los estudios extranjeros, aunque con un máximo de 2,5 millones de euros que, de facto, deja fuera a las grandes superproducciones.
"Un estudio que trabaja en una gran producción realmente no saca gran beneficio de esto", explica Ignacio Pérez Dolset, fundador de Ilion Animation Studios, cuyos 350 empleados están trabajando en un proyecto secreto encargado por Paramount.
¿UN NUEVO BOOM?
Según la Comisión de Cine de España, que promueve la piel de toro como localización cinematográfica, el país perdía el año pasado un 80 por ciento de producciones cinematográficas en favor de otros destinos.
Aunque reconoce que los vientos empiezan a cambiar, dice que el gobierno tiene que aumentar los incentivos fiscales para apoyar a la industria local.
Muchos apuntan a una exitosa experiencia con incentivos más altos en las Islas Canarias como el camino a seguir.
La región española creó su propio régimen hace varios años, atrayendo de inmediato varias producciones estadounidenses, y siguió por ese camino este año al aplicar una rebaja de costes del 35 por ciento en producciones de hasta 4,5 millones de euros.
"Es una oportunidad imparable para el empleo y el negocio", dijo José Manuel Bermúdez, alcalde de la exótica Santa Cruz de Tenerife.
La ciudad recientemente se convirtió en Atenas para el rodaje de la última entrega de Jason Bourne. Bermúdez calcula que las cinco semanas de rodaje pueden generar unos 14 millones de euros en ingresos para la isla, gracias en parte al gasto en hoteles y restaurantes.
Cerca de 350 personas fueron contratadas como personal de apoyo y otros 600 trabajaron como extras.
El clima seco del país, su paisaje agreste y su rica arquitectura histórica han atraído incluso a la superventas serie de fantasía medieval de la HBO Juego de Tronos por segundo año consecutivo.
Peter Welter, cuya compañía con sede en Málaga, Fresco Film, está trabajando en la sexta temporada, dijo que los nuevos incentivos fueron un elemento clave en la decisión de volver a rodar en España.
Las ubicaciones incluirán el árido paisaje de Almería - escenario de muchos de los spaghetti western de los años 1960 y 70 antes de que el género pasase de moda - y cientos de personas han sido contratadas como extras durante las más de ocho semanas de rodaje.
UNA INDUSTRIA NACIONAL
Pero, para algunos, la verdadera oportunidad de España recae en desarrollar su propia industria con especialistas en el mundo del cine más que en aspirar a simples trabajos eventuales.
Hace cuatro años, Ignacio Pérez Dolset, del estudio de animación español Ilion, creó U-tad, un centro universitario especializado en la formación de profesionales del mundo digital.
Pérez Dolset explica que muchos estudiantes están interesados en el mundo de la animación, ya que los conocimientos son trasladables a muchos más campos además del cine, una razón más para que España apueste por fomentar este sector.
"El mundo digital va a crear nuevo empleo", explica. "La animación se va a aplicar en el mundo de la medicina, en las simulaciones para los médicos, en la fabricación de maquinaria, en todo tipo de industrias".
De vuelta a Canillas, las secuelas del rodaje de Doctor Zhivago hace décadas que se desvanecieron, algo que algunos productores españoles temen que vuelva a suceder si no se respalda el nuevo renacimiento de la industria.
La película de David Lean sí dejó huella en otros aspectos, explican algunos residentes, incluyendo un número inusualmente alto de "Laras" en el barrio, el nombre de la heroína interpretada por Julie Christie en el épico drama.