Por Belén Carreño, Anthony Boadle y Michel Rose
MADRID/BRASILIA/PARÍS, 8 jun (Reuters) - España apelará a la ambición del presidente francés Emmanuel Macron de convertir a la Unión Europea en un "tercer polo" en los asuntos mundiales en su intento de conseguir el vital respaldo de Francia a un estancado acuerdo comercial del bloque con Sudamérica, según tres altas fuentes gubernamentales y diplomáticas.
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, cree que tiene una oportunidad para reactivar el tratado de libre comercio con Mercosur -congelado desde hace cuatro años- durante la próxima presidencia española de turno de la UE, debido a sus estrechas relaciones con los presidentes de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y Argentina, Alberto Fernández, según fuentes gubernamentales y diplomáticas.
Sánchez, que hará campaña por la reelección en su país, planea anunciar los próximos pasos en una cumbre regional los días 17 y 18 de julio, al comienzo de su presidencia de la UE, según dos fuentes diplomáticas comunitarias y dos fuentes del Gobierno español.
Macron ha abogado por impulsar la "autonomía estratégica" de la UE. En abril dijo que el bloque de 27 Estados podría convertirse en un "tercer polo" en los asuntos mundiales, junto a Estados Unidos y China.
Sánchez intentará convencerlo de que el pacto con Mercosur ayudaría a la UE a ampliar sus alianzas con otros países abiertos y democráticos, así como a "reequilibrar" el mapa geopolítico, según dos altas fuentes del Gobierno español y dos fuentes diplomáticas de la UE.
La UE y Mercosur acordaron en principio el acuerdo comercial en 2019, tras dos décadas de conversaciones intermitentes con el grupo de países sudamericanos, que agrupa a Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay. Pero antes de que entre en vigor, los bloques están negociando una llamada "carta complementaria", que exige más compromisos en materia de cambio climático y biodiversidad.
Desde el punto de vista económico, la UE quiere obtener un mayor acceso a los productos manufacturados, especialmente los automóviles, que se enfrentan a aranceles del 35%. Quiere liberar a sus empresas para que puedan competir en licitaciones públicas y vender más productos como vino y queso. Por su parte, Mercosur quiere aumentar sus exportaciones de productos agrícolas y minerales a Europa.
Una de las principales preocupaciones de Macron es el impacto en los agricultores franceses, que se han opuesto frontalmente al acuerdo por el daño que la eliminación de las barreras comerciales a la carne de vacuno sudamericana podría causar a la industria ganadera nacional. Macron ya se ha enfrentado a fuertes protestas en los últimos meses por el aumento de la edad de jubilación.
"El socio más difícil de convencer es Francia, y con Macron en horas tan bajas va a ser muy difícil conseguirlo", dijo Anna Ayuso, analista del Barcelona Centre for International Affairs (Cidob).
Francia dice no estar en contra del acuerdo, pero advierte de que no hay que precipitar las negociaciones. "Es evidente que hay que llegar a una conclusión. El hecho de que haya llevado 23 años significa que también puede llevar un par de meses más", declaró a Reuters el miércoles Olivier Becht, ministro francés de Comercio, en una entrevista desde Brasil.
Francia, que quiere que el acuerdo cumpla con el pacto climático de París, ha insistido en añadir un documento adicional que pide a los países del Mercosur que respeten las normas de deforestación de la UE para las materias primas y acepten un impuesto sobre los bienes intensivos en carbono que entren en la unión, lo que ha encontrado resistencia en el Mercosur.
España cree que podría eludir la resistencia de los opositores a Macron dividiendo el tratado y aplicando sólo la sección comercial, que no necesita la ratificación de los parlamentos nacionales de la UE, dijo una alta fuente gubernamental.
La opción aún no se ha propuesto de forma oficial, pero sería una oportunidad para acelerar el acuerdo comercial. Sin embargo, Francia ya ha manifestado su oposición a la idea.
GUERRA EN UCRANIA
La resistencia al pacto dentro de la UE en general está cediendo, debido a un creciente deseo de diversificar la red de aliados del bloque tras la guerra de Ucrania, según varias fuentes diplomáticas y gubernamentales de los países implicados.
La finalización del acuerdo comercial daría a Europa un acceso más directo a las materias primas sudamericanas, desde cereales hasta litio y níquel -minerales necesarios para fabricar baterías de vehículos eléctricos-, que han crecido en importancia estratégica desde que la invasión rusa de Ucrania interrumpió los flujos comerciales mundiales.
España, uno de los países con lazos económicos y culturales más estrechos con Sudamérica, también quiere revertir el declive de las relaciones entre ambas regiones en un mundo cada vez más polarizado, dijo una fuente del Gobierno español directamente implicada en las conversaciones.
"El acuerdo con Mercosur va más allá de tener acceso a las materias primas. Diversificar los aliados y amigos de Europa es muy importante", dijo la fuente. "En el contexto actual, la UE necesita nuevos amigos."
La Comisión Europea (CE) considera que América Latina ha sido desatendida, por lo que quiere establecer lazos comerciales y políticos más estrechos con una región que está alineada en valores democráticos con la UE, según dos fuentes diplomáticas europeas.
En los últimos años, China ha ampliado enormemente su huella comercial en América Latina y ha absorbido parte de la influencia que Europa tenía allí, ofreciendo inversiones y préstamos baratos para materias primas.
"Ratificar el acuerdo con Mercosur supondría un gran avance para la UE en sus relaciones con el llamado Sur Global", afirmó Miguel Otero, analista del Real Instituto Elcano, un grupo de expertos con sede en Madrid.
La presidenta de la CE, Ursula Von der Leyen, visitará Brasil y Argentina en los próximos días para concretar los detalles de las negociaciones con Mercosur, en preparación de la próxima ronda de conversaciones que comenzará el 15 de junio.
Los compromisos medioambientales del anexo son clave, pero Von der Leyen también intentará garantizar el acceso de las empresas europeas a los procesos de contratación de los países latinoamericanos, así como persuadir a los líderes políticos de la necesidad de una condena unificada de la invasión rusa de Ucrania.
LULA, UN ACTOR CLAVE
El impulso para el acuerdo se había desvanecido después de que el exmandatario de Brasil, Jair Bolsonaro, que compartía la desconfianza del expresidente estadounidense Donald Trump hacia los acuerdos de libre comercio, llegara al poder en 2019. Pero su sucesor, Lula da Silva, mantiene una estrecha relación con Sánchez y ha participado directamente en la reactivación del acuerdo.
"Queremos ser más influyentes en este cambio geopolítico que se está produciendo", dijo Lula en una visita a España en abril. "Si hay una oportunidad, es ahora. Europa necesita aliados".
El propio futuro político de Sánchez está en duda, después de que convocara unas elecciones generales anticipadas para el 23 de julio tras los malos resultados de su partido socialista en las elecciones autonómicas y municipales del mes pasado.
Pero el conservador Partido Popular español -favorito en las encuestas- apoya el acuerdo con Mercosur. Dos fuentes diplomáticas europeas y una alta fuente del PP dijeron que no ven muchos cambios en la política si Sánchez no es reelejido presidente.
Sin embargo, en Sudamérica hay cierta resistencia a reactivar el pacto.
El ministro de Asuntos Exteriores de Brasil, Mauro Vieira, declaró al Senado brasileño en mayo que le preocupa que el documento anexo abra lagunas para aplicar sanciones y pueda ser utilizado como represalia por la UE si Brasil no cumple su objetivo de protección del medio ambiente.
Brasil está realizando una evaluación y después se pondrá en contacto con los demás socios del Mercosur para presentar a Bruselas una contrapropuesta, dijo Vieira. En los últimos días, Lula ha rechazado firmemente la participación de empresas europeas en las licitaciones públicas brasileñas, diciendo que no se alcanzará ningún acuerdo a menos que la UE tenga en cuenta la postura de Brasil.
El Gobierno de izquierdas de Argentina también afirma que el acuerdo de 2019 -negociado por un Gobierno anterior de centro-derecha- está desequilibrado porque favorece las exportaciones europeas.
Considera que, si bien los añadidos no ayudan a las negociaciones, podría abrir debates para corregir otros desequilibrios del acuerdo, según una fuente gubernamental que participa en las conversaciones.
"Ya que quieren reabrir el paquete negociado con el medio ambiente, el Gobierno brasileño tiene algunas ideas propias", dijo un portavoz de Brasilia.
(Información de Belén Carreño en Madrid, Anthony Boadle en Brasilia y Michel Rose en París; información adicional de Maximilian Heath y Lucila Sigal en Buenos Aires, Gus Trompiz en París y Philip Blenkinsop en Bruselas, Fabian Cambero en Santiago de Chile; escrito por Charlie Devereux; edición de Daniel Flynn; editado en español por Darío Fernández)