Por Silvia Ognibene
FLORENCIA (Reuters) - Una fiscal italiana pidió el lunes a un tribunal que sentencie al capitán del crucero Costa Concordia a más de 26 años de cárcel por su papel en el desastre de 2012 que dejó 32 muertos.
Francesco Schettino era el capitán del barco, un hotel flotante cuyo largo equivale a tres estadios de fútbol, cuando el crucero se acercó demasiado a la costa y encalló frente a la isla turística de Giglio.
Al resumir sus argumentos en el juicio que se realiza en la cercana localidad de Grosseto, la fiscal Maria Navarro dijo que Schettino debería ir a la cárcel 14 años por homicidio sin premeditación y lesiones, nueve años por causar el accidente, tres por abandonar el barco y otros tres meses por falso testimonio.
Se espera que el juicio se presente ante el jurado el próximo mes.
La fiscal dijo que si es condenado, Schettino debería ser encarcelado de inmediato porque existía el riesgo de que intente huir del país. En Italia, la mayoría de los acusados permanece en libertad a la espera de las apelaciones.
En el barco viajaban más de 4.000 pasajeros y miembros de la tripulación cuando volcó, dando lugar a un caótico rescate nocturno.
El navío permaneció parcialmente sumergido cerca del puerto de Giglio durante más de dos años. El barco fue remolcado meses atrás en una de las operaciones de salvamento más complejas que se han realizado.
La región toscana y la isla de Giglio buscan una compensación por valor de 220 millones de euros en daños de Costa Cruises, una unidad de Carnival Corp, debido a los efectos negativos que el desastre tuvo en el turismo.
Costa Cruises evitó un juicio criminal por el caso al acordar pagar una multa de un millón de euros a Italia el año pasado, pero dijo que destinaría miles de euros por daños a los sobrevivientes.
Schettino se convirtió en objeto de escarnio por llevar al crucero demasiado cerca de la costa en una desafortunada maniobra marítima llamada "saludo" y abandonar el barco antes de que todos los supervivientes fueran rescatados.
Una grabación de audio de un guardia costero gritándole a Schettino durante una conversación telefónica que regresara al barco fue divulgada en internet y la frase "¡Vuelva a bordo, carajo!" ("¡Vada a bordo, cazzo!") llegó a imprimirse hasta en camisetas y almohadas.