Por Mark Gleeson
DOHA, 15 nov (Reuters) - Los futbolistas de Irán son libres de sumarse a las protestas que sacuden el país por los derechos de las mujeres mientras juegan en el Mundial de Qatar, pero deben hacerlo dentro de las reglas del torneo, dijo el martes el seleccionador Carlos Queiroz.
La agencia de noticias HRANA, defensora de los derechos humanos, dijo que 344 personas han muerto y 15.280 han sido detenidas en dos meses de protestas en todo el país, desencadenadas por la muerte de la joven kurda de 22 años Mahsa Amini bajo custodia de la policía de la moralidad.
Irán dijo que su muerte se debió a condiciones preexistentes y acusó a sus enemigos de fomentar los disturbios para desestabilizar el país. Las manifestaciones se han convertido en una crisis de legitimidad para el estamento clerical, en el poder desde hace más de cuatro décadas.
Los futbolistas de Irán cubrieron su insignia de la selección nacional cuando jugaron dos partidos internacionales de preparación en septiembre, lo que se interpretó como una señal de apoyo a las protestas.
Pero en los últimos días han sido muy criticados en Twitter (NYSE:TWTR) por haberse reunido con los líderes iraníes antes de partir hacia Doha, donde se entrenaron por primera vez el martes.
"Los jugadores son libres de protestar como lo harían si fueran de cualquier otro país, siempre y cuando se ajuste al reglamento del Mundial y esté dentro del espíritu del juego", dijo Queiroz en una rueda de prensa.
"Pero también te puedes expresar en el campo en el juego del fútbol y los jugadores sólo tienen una cosa en mente y es luchar para clasificarse para la segunda ronda", dijo.
La FIFA se ha opuesto a que los jugadores, los equipos y los aficionados participen en protestas, pero en el último año ha adoptado una actitud más tolerante, como cuando varios equipos lucieron camisetas en las que se pedían los derechos humanos en protestas dirigidas al anfitrión del Mundial, Qatar.
A Queiroz también le preguntaron si estaba orgulloso de entrenar a un país que reprimía a las mujeres y, en una tensa réplica, le preguntó al reportero cuánto le pagaría por responder a la pregunta.
(Reporte de Mark Gleeson; Editado en español por Javier Leira)