Lisboa, 5 abr (EFE).- El Gobierno portugués, de signo socialista, considera que las dudas que surgieron entre los inversores con su llegada al poder fueron superadas y destaca el interés de construir un país abierto al capital extranjero y centrado en la innovación.
Así lo explicó hoy su ministro de Economía, Manuel Caldeira Cabral, en un encuentro con la prensa extranjera en Lisboa en el que repasó las prioridades de su departamento y dio detalles de la estrategia del Ejecutivo para favorecer un crecimiento todavía tenue (del 1,5 % en 2015).
El ministro explicó que el período inicial de "ansiedad e incertidumbre" en los mercados se debió en parte a que el proceso que permitió a los socialistas tomar posesión -gracias a un acuerdo con las fuerzas de izquierda- tras las elecciones, fue más largo de lo habitual.
Otro motivo de preocupación fue la decisión del nuevo Gobierno de revertir algunas concesiones en materia de transporte público concedidas por el anterior Ejecutivo a empresas privadas, aunque Caldeira Cabral culpó a sus antecesores por aprobarlas sin consensos y de forma apresurada.
"Ya mostramos que tenemos en el Parlamento una base de apoyo que consigue sacar adelante los Presupuestos. Eso dio más confianza y creo que hay espacio para que, a lo largo de 2016 y 2017, las agencias de rating mejoren su nota del país", aventuró el ministro.
También desvalorizó las divergencias ideológicas entre los socialistas y sus socios de izquierda y recalcó que son diferencias en "materias que no afectan a la gobernabilidad".
El acuerdo suscrito -limitado al ámbito parlamentario- "garantiza la consolidación presupuestaria y, al mismo tiempo, la reposición de políticas sociales" que anulen la austeridad implementada en la anterior legislatura, según el ministro.
El titular de Economía incidió en que el Gobierno liderado por António Costa pretende que el país continúe basando su crecimiento en las exportaciones, igual que ocurrió en los últimos años.
Los problemas económicos de dos mercados importantes como Angola y Brasil (el cuarto y el noveno en el capítulo de exportaciones) han afectado el comercio bilateral, aunque la subida registrada en los intercambios con EE.UU. compensan de momento ese retroceso.
Además, el Ejecutivo también pretende reforzar la inversión en innovación y ciencia, que decayó durante la crisis, y una de sus principales apuestas es el lanzamiento de un programa para atraer "start up" tecnológicas "europeas y de todo el mundo".
Una de las claves de la economía lusa es el turismo, sector en el que se registra "un aumento de visitantes anualmente casi desde 2005, pero también un aumento del gasto" por persona.
El ministro colocó el elevado nivel de endeudamiento privado (la deuda de compañías y familias supera el 200 % del PIB) como uno de los principales frenos a la economía y avanzó la puesta en marcha de líneas de capitalización públicas por valor de hasta 4.500 millones de euros que ayuden a las empresas a mejorar en este indicador.