Por Elena Gyldenkerne y Rodrigo De Miguel
BARCELONA/MADRID (Reuters) - Lejos de recibir con desaliento el "No" escocés a la independencia, la mayoría del Parlamento catalán celebró el "ejemplo democrático" de la consulta y dio el viernes luz verde a una ley que abre la puerta a una convocatoria de autodeterminación en Cataluña que el Gobierno central ya ha dicho que invalidará por inconstitucional.
"Después de lo ocurrido en Escocia (...) el proceso político catalán continúa y va adelante", dijo el presidente de la Generalitat, Artur Mas, ante los medios horas antes de la votación en el Parlamento.
En una larga y esperada comparecencia en la que prefirió quedarse con el "ejemplo democrático" del referéndum independientemente del resultado, Mas dijo que, pese al triunfo del "No", el proceso en el Reino Unido era un ejemplo a seguir y debería inspirar al Gobierno central.
"Lo que hemos visto en Escocia hoy, en el Reino Unido, es el camino, el buen camino, de hecho, es el único camino", dijo Mas en una rueda de prensa con amplia representación internacional en la que reiteró su intención de convocar la consulta el 9 de noviembre.
A diferencia de Londres, que permitió el referéndum y negoció sus términos con el gobierno local, el Gobierno español del conservador Partido Popular ya ha anunciado desde hace tiempo que anulará la consulta catalana por ir en contra de la Constitución.
"Votar une, no separa, lo que separa es no dejar votar", dijo Mas en un claro mensaje al Gobierno de Rajoy tras felicitar a los británicos por una "gran lección de democracia".
APROBADA LA LEY DE CONSULTAS
Mas, que quiso destacar el amplio respaldo popular a la iniciativa tanto en las calles como en el Parlamento, vio respaldada su expectativa con una amplia mayoría cuando la cámara catalana aprobó por la tarde la ley de consultas que abre las puertas a la convocatoria.
Solo 28 de los 135 miembros de la Cámara - los representantes del PP y de Ciutatans- votaron en contra de la ley.
Previsiblemente el Tribunal Constitucional, a instancias del Gobierno central, suspenderá la ley, contraria al texto Magno, invalidando así la convocatoria que pretende aprobar Artur Mas por decreto.
El texto entrará en vigor cuando se publique en el Boletín Oficial de Cataluña. A partir de entonces Mas tiene hasta los primeros días de octubre para firmar el decreto de convocatoria si quiere celebrar la consulta el día prometido.
"Mas podría decidir retrasar la aprobación del decreto (de convocatoria) por motivos estratégicos", dijo Antonio Barroso, analista de Teneo Intelligence. "En cualquier caso, su decisión será el desencadenante que pondrá en marcha la maquinaria legal del Estado español", dijo.
"Es improbable que opte por desafiar a Madrid, ya que mantener una votación ilegal minaría la credibilidad internacional catalana", añadió.
El Tribunal Constitucional ya anuló en 2008 por unanimidad un intento del Gobierno vasco de celebrar una consulta similar a la que pretende hacer el Ejecutivo catalán.
El fiscal general del Estado tuvo una reunión preparatoria con los fiscales jefe de Cataluña la víspera en relación al proceso, sobre el que tendrían que manifestarse en caso de que se mantenga la consulta tras la suspensión de la ley.
La Fiscalía concluyó en un comunicado "su convencimiento de que el ordenamiento legal será respetado por todas las instancias, tanto en los preceptos legales emanados de la Constitución como de los eventuales pronunciamientos de los tribunales".
Mientras los miembros clave del Gobierno central reiteraban la ilegalidad del proceso, Mas aprovechó para criticar la predisposición de Madrid a anular el proceso.
"Lo que a mí me escandaliza en estos momentos es que se haya fijado ya la posición del Constitucional por los altos poderes del Estado sin que ni siquiera se haya aprobado la ley de consultas", dijo.
"FALTA UN INTERLOCUTOR"
El independentismo catalán ha cobrado impulso en los últimos años, que han estado dominados por una profunda recesión y los recortes del gasto público.
Cientos de miles personas se manifestaron en Barcelona la semana pasada en la celebración de la fiesta nacional catalana de la Diada reivindicando el derecho a realizar una consulta, y los sondeos muestran que alrededor del 80 por ciento de los catalanes quiere poder decidir sobre su independencia, incluso aunque no esté a favor de ella.
El presidente catalán se mostró implacable con respecto a la consulta y dijo estar abierto a una hipotética negociación de sus términos con el Ejecutivo central, aunque Rajoy y su mayoría parlamentaria no han dejado entreabierta ninguna puerta al proceso.
"Simplemente necesitamos un interlocutor en alguna parte", dijo.
Los líderes políticos españoles acogieron el viernes como una "buena noticia" el rechazo de los escoceses a la independencia, y realizaron lecturas similares ante la cuestión catalana.
El presidente del Gobierno español, que felicitó el viernes a los escoceses por permanecer en Reino Unido y la Unión Europea, destacó que la consulta escocesa respetó la legalidad de su país, en una crítica velada al impulso de Mas.
"Los escoceses han evitado las graves consecuencias económicas, sociales, institucionales y políticas", dijo Mariano Rajoy en un vídeo colgado en la página web del Gobierno (www.lamoncloa.gob.es).
Preguntado sobre si hay margen para negociar con Cataluña una mayor autonomía, el Ejecutivo español, en boca de su vicepresidenta primera, recordó que las comunidades autónomas tienen ya amplias competencias y que no se puede negociar bajo amenazas.
El Gobierno está trabajando en un nuevo modelo de financiación autonómica, aunque no se espera que vea la luz antes de 2015.
"LA GENTE QUIERE VOTAR"
En la calle, el sector de la población catalana favorable a la consulta defendía que Escocia les había dado un modelo a seguir, independientemente del resultado
"Lo que está claro es que la gente quiere votar", dijo Josep Roda, un abogado de 55 años, en Barcelona tras conocer los resultados en Escocia. "Escocia es una buena señal para que la gente pueda expresarse como quiere", dijo.
Pero entre aquellos a favor de la independencia, algunos expresaron decepción ante el resultado escocés, que vio el rechazo aprobado con un margen de 10 puntos porcentuales, mayor de lo que vaticinaban los sondeos preelectorales.
"A mí, como catalán, me habría gustado que saliera que sí a la independencia porque habría sido como un soplo para nosotros", dijo Jordi Prosa, un gestor empresarial de 54 años, sobre el referéndum escocés.